Lupo Italiano |
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No está reconocida por la F.C.I. |
Origen |
Italia | |
Traducción |
Francis Vandersteen |
La historia del lobo italiano comenzó en 1966, con un cachorro nacido de un cruce entre un pastor alemán y un lobo salvaje de los Apeninos del Alto Lacio. El ejemplar, llamado Zorro, puede considerarse el antepasado de la raza lobo italiano. Posteriormente, gracias a una rigurosa programación genética, las características intermedias se fijaron de forma permanente y se transmitieron de manera uniforme y coherente a lo largo de treinta años. En el caso de una raza como ésta, nacida de importantes aportaciones genéticas del lobo, es esencial que, además de la identidad morfológica, exista un equilibrio en las características psicológicas obtenidas y, sobre todo, que haya compatibilidad con el hombre. El Lupo Italiano, raza protegida cuya comercialización y reproducción fuera del organismo de protección está prohibida, es criado sin ánimo de lucro por la Agencia Italiana para la Protección del Lobo (ETLI - Presidente Mario Messi) y se confía gratuitamente a entidades, asociaciones y particulares que se comprometen a utilizarlo únicamente para la protección civil o en todos los casos de interés público. El Cuerpo Forestal del Estado utiliza principalmente este perro, aunque algunos guardas forestales siguen empleando el pastor alemán. El lobo italiano es siempre seguro y fiable cuando acompaña a las patrullas forestales. Tiene una actitud muy fuerte en las labores de rescate en avalanchas, bajo los escombros y, sobre todo, en la búsqueda de personas e incluso animales desaparecidos. Existen poco más de 500 ejemplares. El Lobero Italiano es robusto, resistente a la fatiga y posee una agudeza sensorial considerable: cualidades que, junto con su aspecto exterior, lo acercan al lobo. Desbordante de vivacidad, con un carácter orgulloso e independiente, obedece por convicción, nunca por servilismo. Es muy afectuoso con las personas con las que convive, a las que se apega en exclusiva. Desconfía de los extraños y tiene un fuerte sentido de la propiedad y de la defensa de las personas confiadas a su cuidado. Tienen una fuerza y una resistencia extraordinarias. Las características de originalidad, homogeneidad, constancia y equilibrio -genético, morfológico y psicológico- de esta raza la convierten en un caso ejemplar en la historia de las razas y en la relación entre el hombre y el medio ambiente. Los machos miden 60-70 cm a la cruz, las hembras 58-65 cm. El tronco es robusto, no demasiado largo, el pecho bien descendido, bien construido, formando un perfil sinuoso y particularmente armonioso entre las líneas de la garganta, el pecho, el esternón y el vientre, línea recto-lumbar recta, grupa no demasiado baja. La cabeza y el hocico son limpios y bien formados, la cara típica del lobo, ligeramente afinada hacia la punta, mandíbula y dientes fuertes. La nariz es negra. Dientes en tijera, robustos y muy blancos. Orejas de tamaño mediano, muy prístinas y perfectamente paralelas cuando está alerta, muy móviles según los estados de ánimo y los movimientos del animal. Ojos de tamaño mediano, más bien oblicuos, no salientes, nunca demasiado oscuros, preferiblemente con fondo dorado, de expresión intensa y leal. Piernas perfectamente implantadas, muy fuertes pero delgadas, no deben dar la impresión de excesiva pesadez, cuartos traseros no demasiado inclinados. Cola más bien larga y bien provista, pero sin exageración, mantenida baja y colgante en reposo, se levanta con una curva armoniosa y no excesiva cuando el animal está en agitación, sin que su eje principal llegue nunca a la vertical, debe ser llevada con elegancia y en libertad. El animal, incluso con su tamaño y peso máximos, debe ser capaz de dar una impresión de fuerza elegante, que recuerde la marcha del lobo salvaje, al caminar, trotar y galopar, que es apretada y rápida, con un paso suelto y ligero, caracterizado por la posición alineada de las huellas al trotar rápido con el pie ovalado. Todo el tronco y las extremidades destacan la fluidez y potencia de las articulaciones e inserciones, con resultados muy funcionales en los movimientos del hombro y la cadera. Pelo de longitud y dureza medias, liso o más bien áspero, limitado al tronco y los muslos, más fino y corto en la cabeza y las patas, con una capa interna espesa en los perros de exterior. Color gris, marcada variación, más o menos oscuro con el fondo en diferentes tonalidades de un sujeto a otro hasta leonado o beige, también con una silla negra, una fresa bien definida, vientre, patas, sobre todo en la parte inferior, en la cara interna y en la parte posterior de los muslos más claro, gris o gris óxido, leonado claro o beige; en cada tipo de manto, se permite una pequeña mancha blanca en el pecho según las variaciones estacionales. |