ABC para el recién llegado

La siguiente lista es una guía práctica para los nuevos propietarios de cachorros. Estos consejos prácticos le permitirán empezar con buen pie una relación larga y agradable con su mascota.

Deje que el cachorro se acostumbre a su nuevo entorno.
Defina inmediatamente lo que puede y no puede hacer. (por ejemplo, subirse a los sofás, acceder a determinadas habitaciones, etc.).
Nada de juguetes que parezcan zapatos u otros objetos que se parezcan a todas esas cosas que no querrías tener en la boca de tu perro.
Defina horarios de comida y de salida para su cachorro, y cúmplalos: esto ayudará a que su pequeño recién llegado se acostumbre a la casa más rápidamente.
Saca al cachorro 10 minutos después de que haya comido o bebido y elógialo en cuanto haya hecho sus necesidades. Aunque no te guste la temperatura, ten paciencia y dale tiempo para que haga lo que tiene que hacer.
Lo ideal es que su perro duerma en una jaula. La jaula se convierte rápidamente en su hogar. La jaula no es una limitación, al contrario, se convierte en su lugar preferido cuando hay alboroto o demasiado ruido en casa...
Durante las primeras semanas, sácale a pasear por donde puedas, para que vea todo lo posible. Este ejercicio influirá mucho en su comportamiento posterior. Haz que conozca al mayor número posible de personas y que se deje tocar por ellas. El resultado directo es un perro que no ladrará a la primera de cambio y será sociable. Si te cruzas con otros dueños en tus paseos, averigua si su perro es sociable y, en caso afirmativo, no dudes en dejar que el tuyo se acerque. Si muestra signos de agresividad, corrígele con suavidad pero con firmeza. Si es el otro perro el que parece mostrar signos de agresividad, no insistas. Si su perro muestra signos de asustarse ante un objeto o ruido concreto (incluidas personas, trajes, sombreros o uniformes extraños), identifique el problema y tranquilícelo hablándole con suavidad.
Evite halagar en exceso a su perro, ya que con el tiempo se convertirá en un animal imposible.
Una alimentación de calidad y sin sobras de la mesa garantizará la salud y larga vida de tu pequeño favorito.
Ten paciencia, de nada sirve regañar a Fido si no le pillas en el acto. Unos minutos después de su fechoría, ni siquiera sabrá por qué le castigas.
Por último, un curso básico de adiestramiento es la mejor inversión que puedes hacer para apreciar todas las cualidades de Fido y garantizar una relación feliz.