Infección de las glándulas anales |
Las glándulas anales son dos pequeños sacos situados a ambos lados del ano. Parecen tener poca utilidad y su verdadera razón de ser sigue siendo desconocida.
La mayoría de los perros vacían sus propias glándulas anales cuando defecan o hacen ejercicio. Cuando no se vacían de forma natural, es porque están obstruidas por un motivo u otro. Hay varias razones por las que los perros y los gatos pueden tener las glándulas anales obstruidas. Algunos animales pueden tener problemas en las glándulas anales porque su dieta es pobre en fibra. Una dieta rica en fibra produce heces grandes que tienden a drenar las glándulas anales durante la defecación. La obesidad y la falta de ejercicio también pueden provocar la congestión de las glándulas anales.
Cuando las glándulas anales no se vacían, el animal tiende a frotar sus cuartos traseros contra el suelo (lo que se conoce como arrastre), lo que comprime las glándulas y a menudo permite que se vacíen. Si esto no tiene éxito, el animal puede sentir molestias, tener que esforzarse para defecar y lamerse y morderse excesivamente la región anal. Si no se trata, puede provocar irritaciones o lesiones alrededor del ano. Algunos perros se persiguen la cola y otros tienen cambios de humor.
Es aconsejable consultar a un veterinario si su perro se masturba. El veterinario puede vaciar manualmente el contenido de las glándulas anales y evitar así complicaciones. El vaciado frecuente de las glándulas anales no parece aumentar la velocidad a la que se congestionan.
Los animales que necesitan que se les vacíen las glándulas anales con frecuencia deben ser evaluados por un veterinario para descartar cualquier posibilidad de un problema médico subyacente. Por ejemplo, los animales pueden frotarse o lamerse la zona rectal por otros motivos, como alergias (a agentes aéreos o alimentos), parásitos intestinales (como tenias) y tumores. La infección de las glándulas anales es, con diferencia, la causa más común de los problemas de las glándulas anales y deben administrarse antibióticos para eliminarla.
Si se han eliminado todas las causas médicas y el problema persiste, la cirugía puede ser una solución razonable y eficaz. Aunque la cirugía puede provocar la pérdida de control de los esfínteres, esta complicación posquirúrgica es poco frecuente. Su veterinario estará encantado de comentarle las opciones de tratamiento.