Las mascotas también pueden sufrir asma

 

El asma puede afectar a perros y gatos. También conocida como «bronquitis alérgica», el asma es una inflamación de las vías respiratorias provocada por una reacción alérgica. Provoca la obstrucción de las vías respiratorias cuando los bronquios (que llevan el aire a los pulmones) se llenan de mucosidad y sufren espasmos. El asma es mucho más frecuente en gatos que en perros.

Perros y gatos de todas las edades pueden padecer asma, pero son sobre todo los animales jóvenes o de mediana edad los que se ven afectados. La tos es el primer síntoma observado. Los propietarios informan de sibilancias y, en raras ocasiones, de dificultad respiratoria. Los animales pueden volverse letárgicos, dejar de comer y perder peso. El asma rara vez es mortal. Entre los episodios de asma, los animales suelen gozar de buena salud.

Para diagnosticar el asma, deben realizarse radiografías de tórax para descartar cualquier otro posible problema médico. Una vez diagnosticada la bronquitis alérgica, el veterinario puede recetar esteroides, antihistamínicos, broncodilatadores o una combinación de éstos. En caso de ataque grave, puede ser necesaria una inyección de epinefrina.

El pronóstico de la enfermedad es excelente, y la mayoría de los animales afectados llevan una vida normal con la ayuda de medicación a largo plazo. A menos que se encuentre la causa subyacente, no hay cura. Su veterinario puede intentar identificar las causas del asma y sugerir tratamientos adecuados para su mascota.

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