En homenaje a

Mi Finette


Gracias a

Tu mamá Heidi

Pequeña bola de pelo adorable, te echamos de menos, tu bondad, todo tu sistema de ser, echamos de menos todo de ti.

Acababas de cumplir 14 años.

Eras muy cariñosa, pero sabias hacerte respetar.

Con todos los perros que llegaban, siempre eras el jefe.

Tenían que obedecerte, perro grande o pequeño, daba igual, eras el jefe de la casa.

Era genial ver cómo todos te obedecían.

Estaban Kofi, Choco y Speedy, así como los tres gatos Syrah, su hija Ombre y más recientemente Titi.

Eras adorable con Speedy.

Cuando se quedó ciego, fuiste muy gentil con él.

Nunca le perdías de vista.

Y cuando jugabais, siempre te asegurabas de que pudiera atraparte.

No ibas demasiado lejos.

Creciste con Gregory, te mimó mucho.

Con su primer sueldo, te compró un buen abrigo para el invierno.

Cuando nació su hijo, sentiste muchos celos, pero había amor por los dos y enseguida lo comprendiste.

Con los otros dos niños también eras adorable.

Eras tan dulce que, por supuesto, eras la pequeña reina de la casa.

Cómo me gustaría tenerte aún cerca de mí.

Cuando llegó Eden y me dijo: «Finette no está aquí, Finette está en el cielo con el abuelo Jules y Speedy», me emocioné, eras tan querida.

Pensé que después de tu muerte no podría superarlo, eras tan especial.

Tu urna irá al jardín, cuando esté lista, donde están tus otros compañeros.

Ahora estás con ellos en el cielo.

Te veré allí arriba.

Te quiero tanto.

Te echo tanto de menos.

Fuiste, eres y serás siempre mi nuera, un alma hermosa unida para siempre a la mía.

Más allá de este mundo nos espera una eternidad para amarnos de nuevo.

Gracias, mi nuera, por la felicidad y el amor incondicional que nos has dado.

Te quiero mucho.

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