![]() |
En homenaje a Mi SpeedyGracias a Heidi, tu mamá |
![]() |
Llevas ya 10 meses en el cielo. Te vi en una web de animales, estabas en el refugio. Tu mirada dulce me conmovió enseguida. Busqué por todas partes gente buena que pudiera adoptarte, pero no encontré a nadie. Así que me dije: «Voy al refugio a sacarte a pasear». Al principio sola, luego con mi marido. Pero no era fácil agarrarte porque tenías tantas ganas de salir a pasear que tenías que agarrarte con las dos manos. Eso duró 6 meses. Cada vez que te llevaba de vuelta al refugio después de los paseos, era un golpe para mi corazón. Cuando nos íbamos, te aferrabas a la valla y se me partía el corazón. No estaba planeado adoptarte, ya estaba Finette, luego no te educaron para nada, para mi no fue un problema, te vi con los ojos de mi corazón. Mi marido pensaba que nunca sería capaz de hacer las cosas a mi manera. Él ya te quería, sólo que aún no lo sabía. Siempre recordaré cuando dijo que sí a la adopción y nos fuimos a las montañas, las montañas que tanto te gustaban. Lloré de felicidad. Luego llegó el día de tu adopción, y casi me tiras del suelo para subir al coche. Desde entonces hemos sido muy felices. Tuve que recibir clases de un instructor, pero al cabo de un año estabas bien educado. Estabas tan orgulloso en el coche cuando íbamos a las clases, hacías todo lo posible por ser un buen chico. Eras excepcional, querías complacerme, lo conseguías, creías en mí y yo creía en ti, mi niño valiente. Por supuesto, antes de adoptarte, te presentamos a Finette. Llegaste a conocer a nuestros tres hijitos. El último pequeño tenía dos años y medio, y tenías mucha química con él, nunca le empujaste. Los últimos 7 meses tuviste problemas de salud, diabetes, tenías que ponerte dos inyecciones al día, me entró el pánico, no lo sabía, había tenido muchos perros, pero nunca con diabetes. Como el niño bueno que eras, te acercabas a la nevera cuando iba a por la insulina, te sentabas y esperabas, ¡como diciéndome! No te preocupes, ponme la inyección. Más tarde te quedaste ciego. Papá lloraba mucho. Incluso ciego, eras feliz, estoy seguro. Solías jugar con Finette, eras un poco más torpe, tengo unos vídeos maravillosos de los dos jugando. También tengo algunos en los que el bebé te da un caramelo, que tú coges con mucha dulzura, como el niño bueno que eres. Durante la última semana, todavía te gustaba correr un poco con la correa, te felicité, estabas tan orgulloso. Nos diste mucha felicidad. Una vez al mes te hacíamos los análisis para ajustar la insulina, pero la enfermedad se impuso. Me hubiera gustado tenerte un poco más, tenías 11 años. Estás descansando en el jardín, con todos mis otros animales, y todos los días vengo a saludarte, te pongo una flor, ahora hay edelweiss, según la estación. Después de que te fuiste, fue muy duro, nada puede reemplazarte, eras un niño tan bueno. Esperame en el otro lado, un dia nos volveremos a ver. Te quiero tanto. Te echo tanto de menos. |