En homenaje a

Nordy, mi bebé...


Gracias a

Francis

Hace casi 14 años, sin saberlo, un animalito iba a cambiar mi vida.

Un Westie de dos meses llamado Nordy me fue regalado por mi mujer Michelle, su familia y mis amigos el día de mi 50 cumpleaños.

Hoy tengo casi 14 años y he envejecido con él.

He aprendido a quererle, a considerarle un miembro más de mi familia.

Me convertí en su cómplice, en su «papá», era un poco «mi bebé», formaba parte de mi vida.

El martes 8 de noviembre nos dejó para ir al cielo de los perros, fulminado por una insuficiencia renal rápida y mortal.

Intento mantenerme distante y digna, pero estoy muy triste y me duele el corazón al recordar su belleza, su bondad, su gran dulzura y todos los recuerdos que tengo de él.

Era mi regalo y su presencia era un regalo.

Le echamos enormemente de menos y deja un vacío enorme que es difícil de soportar.

Se ha pasado una página de nuestras vidas para siempre.

El tiempo borrará sin duda nuestro dolor, pero su recuerdo quedará grabado para siempre en nuestros corazones.

A partir de ahora, sus cenizas reposarán en su habitación favorita de la casa.

Que su alma descanse en paz.

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