Irish Dane

No está reconocida por la F.C.I.

Origen
Irlanda <> Alemania -> U.S.A.
Traducción
Francis Vandersteen

Breve presentación del Irish Dane

Los Irish Dane son animales imponentes con un gran corazón, tanto en sentido literal como figurado. Son criaturas apacibles y sociables que disfrutan mucho de la compañía. Les gusta mantenerse activos y buscan oportunidades para galopar en espacios abiertos. Los Irish Dane viven entre 6 y 10 años y pueden pesar hasta 68 kg. De adultos, pueden medir entre 76 y 89 centímetros. El Irish Dane tiene un pelaje duro, áspero, de corto a medio, que se presenta en combinaciones sólidas o multicolores de negro, blanco, azul, leonado, plateado, gris, rojo y crema. También pueden tener diversos dibujos y marcas en el pelaje.

Historia del Irish Dane

El Irish Dane toma su nombre de sus razas progenitoras: el gran danés y el Lebrel irlandés, ambas con una larga e interesante historia. El apareamiento de estas dos razas progenitoras ha dado como resultado una mascota muy grande y orientada a las personas. Entre las razas grandes de diseño, ésta está bastante consolidada. Aun así, los Irish Dane pueden variar considerablemente en aspecto y temperamento. Por ello, aún no están reconocidos por el American Kennel Club (AKC).

 

        

Un poco del Lebrel irlandés

        
Se tienen noticias del otro pariente del Irish Dane, el Lebrel irlandés, desde la antigua Roma y Grecia, donde era muy apreciado por sus habilidades para la caza. La literatura irlandesa antigua hace numerosas referencias a estos grandes perros, llamándolos "perros irlandeses", "galgos de Irlanda" y "perros lobo de Irlanda". El Lebrel irlandés estuvo a punto de extinguirse en el siglo XIX debido a las enfermedades y el abandono. Sin embargo, en 1862, un cinólogo inglés llamado Capitán Graham empezó a revivir la raza. Sus esfuerzos tuvieron éxito y la población de galgos irlandeses creció a pasos agigantados en Europa y Norteamérica. La raza fue reconocida oficialmente por el AKC en 1872.
Standard del Lebrel irlandés

Un poco del Gran Danés

Se cree que el Gran Danés existe desde el año 3000 a.C. Los historiadores especulan con que su población se extendió gracias a los comerciantes asirios que llevaban y traían el perro por las rutas hacia Roma y Grecia. Desde entonces, el Gran Danés ha tenido muchos nombres. Al principio, la raza recibió el acertado nombre de "sabueso del jabalí" por su talento para cazar jabalíes. En el siglo XVI, los Gran Daneses eran conocidos como Dogos Ingleses en Inglaterra y Kammerhunde (o "Perros de Cámara") en Alemania. En el siglo XVII, en Dinamarca y Francia se les conoció como Gran Danés, que luego evolucionó a Gran Danés y más tarde incluso a Gran Danés. A pesar de su homónimo danés, el Gran Danés se refinó y estabilizó gracias a los esfuerzos de los criadores alemanes. El Gran Danés acabó ganando popularidad en Norteamérica en el siglo XIX y en 1889 se fundó el Great Dane Club of America.
Standard del Gran Danés

Apariencia del Irish Dane

El Irish Dane es una raza muy grande con una presencia imponente. Tienen una constitución desgarbada pero musculosa y pesan hasta 68 kg. En la madurez, los Irish Dane miden entre 76 y 89 centímetros. Suelen tener la cabeza rectangular, con las orejas semiparadas y los ojos hundidos de un gran danés. Su pelaje es duro, áspero y de longitud corta a media. Los Irish Dane están disponibles en combinaciones lisas o multicolores de negro, blanco, azul, leonado, plateado, gris, rojo y crema. También pueden tener patrones arlequín, manto, sable, merle, trigo y atigrado. A veces también tienen una máscara negra con marcas negras o blancas. Los Irish Dane tienen las patas delanteras rectas y los pies grandes y redondos, muy acolchados para galopar al aire libre.

Temperamento del Irish Dane

Aunque el Irish Dane tiene una presencia imponente, es cualquier cosa menos temible. Los Irish Dane son perros amistosos y apacibles que disfrutan estando con los demás. Nunca dejarán pasar la oportunidad de acurrucarse y jugar. Como son bastante sociables, los Irish Dane también se adaptan bien a los hogares con varias mascotas. De hecho, esta raza es propensa a la ansiedad por separación si no recibe suficiente atención y afecto de los que le rodean. La mejor forma de superarlo es asegurarse de que el Irish Dane esté rodeado de gente cariñosa y tenga un horario relativamente constante. Más allá de esto, el Irish Dane hereda un fuerte impulso de caza y una mentalidad de perro guardián de sus razas progenitoras. Esto puede hacer que al principio sea territorial y esté cansado de los adultos extraños. Los propietarios pueden combatir cualquier comportamiento negativo derivado de estos instintos socializando a su Irish Dane de forma temprana y constante. No obstante, esta raza no es conocida por ser agresiva y puede ser un excelente perro de familia en el entorno adecuado.

Necesidades y actividades del Irish Dane

El Irish Dane tiene un nivel de energía superior a la media. Les gusta estar activos y necesitan mucho ejercicio diario. A esta raza le gusta correr y galopar en espacios abiertos, así como jugar con otras personas y animales grandes. Los propietarios deben procurar que su Irish Dane realice este tipo de actividad durante unos 45-90 minutos al día. Además, al Irish Dane también le gusta acurrucarse con los miembros de la familia y tumbarse por la casa. Esta raza es adecuada para todo tipo de entornos, aunque no debe ejercitarse en exceso en condiciones de frío o calor extremos. Además, los Irish Dane no son adecuados para vivir en pisos, ciudades o suburbios debido a su gran tamaño. Viven mejor en casas grandes con mucho espacio al aire libre.

Mantenimiento del Irish Dane

Los Irish Dane son relativamente fáciles de cuidar y no requieren cuidados intensivos. Sin embargo, esta raza tiene una muda moderada y no es hipoalergénica ni adecuada para propietarios alérgicos. Si su Irish Dane tiene un pelaje especialmente largo, puede beneficiarse de un cepillado ocasional. En cualquier caso, el Irish Dane sólo necesita baños ocasionales. También deben limpiarse los dientes a diario. Además, hay que cortarles las uñas al menos una o dos veces al mes para evitar que se abran o agrieten, y limpiarles las orejas regularmente con un paño húmedo para evitar que se acumule cera y se infecten.

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