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Zorro de Darwin |
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Es un animal salvaje |
Origen |
Chile | |
Traducción |
Francis Vandersteen |
| La tenencia de este animal no está autorizada Real Decreto por el que se fija la lista de mamíferos no destinados a la producción que se pueden tener (M.B. 24.08.2009) |
| El zorro de Darwin (Lycalopex fulvipes) es una pequeña especie de cánido del género Lycalopex, actualmente amenazada. El zorro de Darwin fue descubierto en la isla de Chiloé, frente a la costa de Chile, por el naturalista Charles Darwin en 1834. Durante mucho tiempo se teorizó que el zorro de Darwin era una subespecie del zorro gris argentino (P. griseus), pero el descubrimiento en 1990 de una pequeña población de zorros de Darwin en el continente, en el Parque Nacional Nahuelbuta1, y los posteriores análisis genéticos, establecieron que el zorro de Darwin es una especie única. El zorro de Darwin tiene un pelaje marrón oscuro, con manchas rojas en la cabeza y la cara, y patas más cortas que los zorros continentales. Pesa entre dos y cuatro kilos. El zorro de Darwin tiene una dieta variada. En los densos bosques donde vive, caza mamíferos, reptiles, mariquitas e invertebrados. Sin embargo, también pueden comer frutas y bayas y, a veces, aves y anfibios. A veces come carroña, pero sobre todo animales vivos y fruta. Por tanto, es principalmente omnívoro y, a veces, carroñero. En general, se considera que el zorro de Darwin es una especie exclusivamente forestal, que habita en los bosques húmedos y templados del sur. Sólo se encuentran en las zonas boscosas de Chiloé y del continente. Son más activos al atardecer y antes del amanecer. Se cree que sólo quedan 250 zorros de Darwin en la isla de Chiloé y unos 70 en el continente, por lo que la UICN los considera en peligro crítico5. La fragmentación del bosque adyacente a los parques nacionales es motivo de preocupación, mientras que los perros presentes en los parques, causas potenciales de muerte por contaminación o ataques directos, son probablemente la mayor amenaza para la supervivencia de los zorros. La persecución de personas que creen que atacan a sus aves de corral, aunque presenten poco peligro, también es un problema potencial. |
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