Zorro orejudo

Es un animal salvaje

Origen
África austral
Traducción
Francis Vandersteen
La tenencia de este animal no está autorizada Real Decreto por el que se fija la lista de mamíferos no destinados a la producción que se pueden tener (M.B. 24.08.2009)
El zorro orejudo (Otocyon megalotis) es un mamífero carnívoro de la familia Canidae que está colonizando el sur de África. Se han observado poblaciones en Etiopía y el sur de Sudán hasta Tanzania, así como en el sur de Angola y Zimbabue hasta Sudáfrica. El otocyon vive en sabanas y pastizales más bien áridos.

El otocyon mide unos 60 cm de largo, sin contar la cola. Su altura a la cruz alcanza los 30 cm. Su pelaje es leonado claro con manchas negras en las orejas, el hocico, las extremidades (que son relativamente cortas) y la punta de la cola. La garganta y la parte inferior del cuerpo son más claras. Tiene la misma máscara facial que el mapache. Aparte de sus largas orejas (114 a 135 mm), el otocyon tiene una característica única: tiene más dientes que cualquier otro mamífero placentario con dientes heterodontos. Tiene entre 46 y 50 dientes, es decir, al menos tres molares superiores más y cuatro inferiores. Su potente músculo digástrico le permite masticar insectos rápidamente.

Pertenece al género Otocyon (del que es el único representante) y no al género Vulpes como la mayoría de las especies agrupadas bajo el nombre de zorro. Aparentemente, el Otocyon no se explota comercialmente. En Botsuana, sin embargo, se caza por su piel.

El otocyon ocupa madrigueras que excava él mismo o que han sido abandonadas por otros animales, como el oso hormiguero. Estas madrigueras tienen varios metros de largo y numerosas entradas y cámaras. Una familia puede ocupar varias madrigueras.

En el Serengeti, el otocyon es un animal nocturno (85%). En cambio, las poblaciones de Sudáfrica son diurnas en invierno y nocturnas en verano. El otocyon vive en familias compuestas por una pareja adulta y sus crías, más raramente un macho y dos hembras. Marcan su territorio mediante marcaje urinario. Las parejas están muy unidas, duermen en la misma madriguera y cazan juntas. El contacto social dentro de la familia es muy importante. Todos los miembros se apoyan y protegen mutuamente. En Sudáfrica, las zonas de hábitat de las familias se solapan considerablemente. El marcaje territorial es prácticamente inexistente. Las madrigueras a veces se agrupan y la densidad de población puede alcanzar los diez individuos por km². La vida en común ofrece ciertas ventajas: la caza de termitas es más fructífera y los depredadores se detectan mejor y más rápidamente.

En cuanto a las crías, aprenden a alimentarse más rápidamente. El comportamiento juguetón de las crías ya muestra similitudes con el comportamiento de huida que suelen adoptar los adultos, que evitan la confrontación. Para escapar de sus depredadores, el otocyon confía principalmente en su velocidad y en su increíble capacidad para esquivar. De hecho, puede invertir completamente la dirección de su vuelo panza abajo, sin perder velocidad. Entre sus depredadores se encuentran chacales y águilas. Las rapaces diurnas son una gran amenaza para las crías.

La época de cría dura de septiembre a noviembre, con un periodo de gestación de 60-70 días. Número de crías: de 2 a 6. El otocyon cría una camada al año. Los recién nacidos abren los ojos a los 9 días. Salen de la madriguera a los 17 días. Al nacer, tienen un escaso subpelo gris, que desaparece gradualmente. A las 4-5 semanas, su pelaje ya ha adquirido el color de los adultos. Amamantan durante 15 semanas. Las crías empiezan a cazar con sus padres. Alcanzan el tamaño adulto a los 5-6 meses. Una vez maduras, la mayoría de las crías se dispersan. Algunas hembras jóvenes permanecen en el grupo natal. Los machos participan tanto o más que las madres en la crianza de las crías (vigilancia, cuidados, juegos).

La dieta del otocyon consiste principalmente en insectos y otros artrópodos, pero ocasionalmente come pequeños roedores, lagartos, huevos y polluelos de aves, así como materia vegetal. Las termitas cosechadoras (Hodotermes) y los escarabajos peloteros (Scarabidae) pueden constituir más del 80% de su dieta. El otocyon absorbe gran parte del agua que necesita a través de los fluidos corporales de estos insectos. A menudo ingiere termitas mientras éstas comen hierba. Los escarabajos peloteros se alimentan de las heces de los ungulados, en las que también ponen sus huevos. Por tanto, el otocyon también tiene una relación comensal con grandes herbívoros como el ñu, la cebra y el búfalo. Utiliza sus largas orejas para detectar larvas de escarabajos peloteros royendo sus excrementos. El otocyon caza solo o en grupo cuando los insectos son abundantes. La caza en comunidad es más fructífera.

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