Levriero Italiano

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Origen
Italia
Traducción
Francis Vandersteen
El Galgo Italiano o Galgo del Sur es una de las razas caninas más antiguas.
Es un antiguo perro de presa que ayudó al hombre a cazar y sobrevivir y que tiene una actitud de trabajo, unos comportamientos y unas estrategias que difieren notablemente de todos los demás perros utilizados en actividades posteriores, como los perros de rastreo, de granja y de madriguera.
El lebrel italiano o meridional ha perdurado durante siglos gracias a las condiciones socioeconómicas, medioambientales y rurales que han permitido y desarrollado su uso.
La caza por necesidad, que tuvo lugar durante siglos, y más tarde como pasatiempo típico de los señores medievales que cazaban a caballo seguidos por galgos fueron las actividades que dirigieron la selección del Galgo en su forma, que ahora conocemos.
En el curso de esta selección funcional realizada en siglos particulares en busca de un punto de vista de la liebre, los caracteres morfológicos que soportan la función se estabilizan creando perros con una estructura adaptada a la caza y optimizada, dotados de ángulos óseos apropiados, una excelente distribución de los músculos adaptada para un trote amplio, perfecto para cubrir mucha distancia a un galope muy rápido, con una capacidad pulmonar reforzada y un sistema cardio-circulatorio extremadamente funcional para soportar estos esfuerzos.
Conviene recordar que el galgo no era prerrogativa exclusiva de unas pocas familias acomodadas, sino que también era la guarnición de quienes cazaban para ganarse la vida o amaban la liebre en libertad o salvaje.
El galgo evolucionó fundamentalmente en el sur de Italia, ya que presentaba las mejores condiciones climáticas ambientales y orográficas y, sobre todo, abundancia de presas. Todos estos factores están en consonancia con su actividad y uso: la carrera y la velocidad.
Así nació el galgo italiano o meridional, en perfectas condiciones para su limitada función.

Son cazadores por instinto, se mueven de forma ligera y silenciosa y son capaces de soportar un esfuerzo sostenido, ya que poseen una gran resistencia, una buena respiración y una musculatura tonificada y delgada.
Por lo general, son de constitución ligeramente alta en las patas, ágiles, delgados, con un pecho profundo, pero no ancho, hundido, vientre retraído y extremidades fuertes y delgadas.
El galgo italiano ha mantenido inalteradas sus características morfológicas y de comportamiento a lo largo de sus mil años de historia. Estos perros están indisolublemente ligados a sus amos o a los miembros de su manada. Son reservados por naturaleza, desconfiados con los extraños y muy sensibles. Su afecto es suave, sin excesos, a veces a lengüetazos con un delicado toque de lengua.

La alzada a la cruz de los machos oscila entre 65 y 72 centímetros, con una media ideal de 70 centímetros; la de las hembras oscila entre 60 y 68 centímetros a la cruz, con una media ideal de 65 centímetros.
La cabeza tiene forma de cono alargado; el cráneo mide menos de la mitad de la longitud de la cabeza, por lo que es muy estrecho.
Los ojos son grandes, bien insertados en las cuencas oculares, con una expresión típicamente dulce, a veces un poco triste, casi melancólica.
El hocico es alargado, pero con una mandíbula fuerte; nariz prominente, labios apretados y apretados, dientes muy bien desarrollados, en particular caninos largos y fuertes.
Se admiten todos los colores y combinaciones monocolor, negro, gris, pizarra, arena, arena claro, arena rojizo, arena antracita, rayado y leonado. Todos los pelajes pueden o no tener blanco en la cabeza, el pecho y las patas.

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