Ovejero Magallánico

No está reconocida por la F.C.I.

Origen
Chile
Traducción
Francis Vandersteen
El Ovejero Magallánico es una raza canina originaria de la Patagonia chilena. Se desarrolló para trabajar con ovejas. El Kennel Club trabaja actualmente para que la raza sea reconocida internacionalmente.
La historia del Ovejero Magallánico se remonta a finales del siglo XIX, cuando llegaron a la región grupos de personas dedicadas al manejo de ovejas que necesitaban la ayuda y el apoyo de perros especializados. A lo largo de los años, estos perros importados, que probablemente no eran del mismo tipo, se cruzaron con un criterio puramente utilitario, es decir, se seleccionaron de Chile y Argentina ejemplares capaces de desarrollar trabajos de pastoreo, resistentes a las condiciones climáticas extremas de la Patagonia.

Es posible que, entre los perros que aportaron su patrimonio genético para dar origen al Ovejero Magallánico, además de los perros pastores, se encontrara el yagán o perro fueguino, muy probablemente descendiente del aguará guazú, una especie de zorro sudamericano, raza ancestral de perros que existió antes de la colonización y acompañó a los selknam y yaganes. Se extinguió a principios del siglo XX.

Instinto innato para el pastoreo, inteligencia, carácter sumiso y leal y, sobre todo, resistencia al frío extremo, a la nieve y a las largas distancias son algunas de las características del Perro Pastor de Magallanes.
Entre otras cosas, es uno de los pocos perros pastores del mundo capaz de seguir el ritmo de los jinetes durante más de 30 km diarios, cuidando de mil ovejas con cinco compañeros. En plena tundra austral, come cada tres días y apenas bebe agua cuando está trabajando, sin abandonar nunca el rebaño, lo que no ocurre con otras razas introducidas en los últimos años, como el Border Collie escocés o el Kelpie australiano.
Poco conocido en Chile, el Perro Ovejero de Magallanes ha sido en los últimos 100 años la principal herramienta de trabajo de los ganaderos patagónicos, inmortalizado en el Monumento al Ovejero de Punta Arenas.

De tamaño mediano, unos 50 centímetros, pelo largo, hocico cuadrado y orejas puntiagudas, posee un espeso pelaje capaz de repeler la nieve. Aunque sus orígenes se remontan a los perros de pastoreo europeos que llegaron con los primeros rebaños a la región, es su capacidad de adaptación a un medio extremo lo que ha generado un nuevo fenotipo que representa un patrimonio nacional para el Kennel Club. El riesgo de perder la genética de esta raza criolla es latente, debido a los cruces incontrolados.
Para certificarla, los expertos los censan para registrar su linaje y fenotipo a partir del ADN y otras mediciones, y así presentar el "estándar" de la raza, es decir, una descripción de sus rasgos físicos, carácter y funcionalidad.
De ser reconocida, sería la segunda raza certificada a nivel nacional. El Fox Terrier chileno ya tiene este estatus y está a la espera de la certificación internacional.

Según Eduardo Montoya, de la Comisión de Razas Emergentes del Kennel Club de Chile, la identificación genética y por microchip de al menos seis familias puras y las estadísticas básicas recogidas en terreno son los requisitos de la "Fédération Cynologique Internationale (FCI) para certificar que se trata de una raza endémica, típica de Chile y, en segundo lugar, de una raza de renombre internacional para participar en exposiciones".
Para Werner Kirschbaum, ex juez argentino de la FCI durante 50 años, criador y especialista en 20 razas, "el Perro Ovejero de Magallanes es un gran perro, hecho por el medio ambiente. Eso es lo que vale, y sería una pena que Chile lo perdiera".

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