En primer lugar, todos los vendedores/criadores de animales deberían trabajar al menos UN DÍA en una perrera. Quizás ver esos ojos tristes, perdidos... atribulados te haría cambiar de opinión sobre criar y vender a gente que ni siquiera conoces. Ese cachorro que acabas de vender probablemente acabe en mi perrera cuando ya no sea una bonita bola de pelo. Entonces... ¿cómo te sentirías si supieras que hay un 90% de posibilidades de que ese perro nunca salga de la perrera, si es que llega allí? No importa si es de pura raza o no. El 50% de los perros que llegan a mi centro, ya sean abandonados o de la calle, son de pura raza.... Las excusas más comunes que escucho son: - "Nos mudamos de casa y no podemos llevarnos a nuestro gato/perro". ¿De verdad? ¿Adónde os mudáis para no poder llevaros una mascota y por qué habéis elegido este lugar y no otro donde podríais tenerla? - "El perro creció más de lo que pensábamos". ¿Y cómo de grande creías que era un Perro Pastor Alemán? - "No tengo tiempo para cuidarlo" ¿Es verdad? Trabajo 10 ó 12 horas al día y aún saco tiempo para mis 6 perros. - "Está arruinando todo nuestro patio". ¿Por qué no te lo llevas dentro?
La gente siempre me dice "No tiene sentido insistir en encontrarle un hogar, sabemos que será adoptado, es un buen perro". Lo triste es que tu mascota NO será adoptada.... y ¿sabes lo estresante que es una perrera? Déjeme que se lo cuente: El animal tiene 72 horas para encontrar una nueva familia desde el momento en que lo dejas. A veces un poco más si la perrera no está llena y consigue mantenerlo en perfecto estado de salud. Si se resfría, muere. Estará confinado en una pequeña jaula, rodeado de los ladridos y llantos de otros 25. Tendrá que valerse por sí mismo para comer y dormir. Estará deprimido y llorando constantemente por la familia que le abandonó. Si tiene suerte, y si cuento con suficientes voluntarios, podrán sacarlo de vez en cuando. Si no, no recibirá ninguna atención, aparte de un plato de comida deslizado por debajo de la puerta de la jaula y unos chorritos de agua. Si el perro es grande, negro o de raza "bull" (pitbull, mastín, etc.), le habrás llevado a la muerte nada más cruzar la puerta. Por lo general, estos perros no se adoptan. No importa si es "manso" o "adiestrado"... Si el perro no es adoptado en las 72 horas siguientes a su ingreso y el refugio está lleno, será sacrificado. Si el refugio no está lleno y el perro es lo suficientemente manso y de una raza atractiva, es posible que se posponga su ejecución, pero no por mucho tiempo. La mayoría de los perros son metidos en jaulas protectoras y sacrificados si muestran el menor signo de agresividad. Incluso el perro más tranquilo puede cambiar en un entorno así.
Si su perro está infectado con tos de las perreras (traqueobronquitis infecciosa canina) o cualquier otra infección respiratoria, será sacrificado inmediatamente, simplemente porque las perreras no pueden permitirse pagar tratamientos de 150 euros. Y he aquí algo sobre la eutanasia para quienes nunca hayan presenciado cómo se sacrifica a un animal perfectamente sano: Primero, será sacado de su jaula con una correa. Los perros siempre creen que van a dar un paseo, salen felices, moviendo la cola... hasta que llegan a la "habitación", momento en el que todos frenan en seco. Deben oler o intuir la muerte o sentir las almas tristes que han quedado allí. Es extraño pero ocurre con todos sin excepción. El perro o gato será sujetado por 1 o 2 técnicos veterinarios, dependiendo de su tamaño y nerviosismo. A continuación, un especialista en eutanasia o un veterinario iniciará el proceso de encontrar una vena en su pata delantera e inyectarle la dosis de "cosa rosa". Esperemos que el animal no se asuste al ser inmovilizado. Los he visto rascarse y acabar cubiertos de su propia sangre, ensordecidos por ladridos y gritos. No todos se "duermen" inmediatamente. A veces tienen espasmos momentáneos y se ensucian. Cuando todo haya terminado, el cadáver de tu mascota estará apilado como un trozo de madera en un gran congelador, con todos los demás animales, esperando a que lo recojan como basura. ¿Qué pasará después? ¿Lo incineran? ¿Lo llevan al vertedero? ¿Lo convertirán en pienso? Nunca lo sabrás y probablemente nunca te lo preguntarás. Sólo era un animal y siempre puedes comprar otro, ¿no?
Espero que si has leído hasta aquí se te hayan nublado los ojos y no puedas quitarte de la cabeza las imágenes que ocupan mi mente cada día cuando llego a casa del trabajo. Odio mi trabajo, odio que exista y odio saber que siempre existirá a menos que cambien y se den cuenta de las vidas que están desperdiciando, muchas más que las que dejan en la perrera. Entre 9 y 11 millones de animales mueren cada día en las perreras y sólo tú puedes evitarlo. Hago todo lo que puedo para salvar las vidas que puedo, pero los refugios (perreras) están siempre llenos y cada día entran más animales de los que salen. Sólo quiero insistir en este punto: NO CRÍES NI COMPRES ANIMALES MIENTRAS HAYA ANIMALES MURIENDO EN LAS PERRERAS. Odiadme si queréis. La verdad es dolorosa y la realidad es la que es. Sólo espero que con este texto al menos una persona haya cambiado de opinión sobre criar y abandonar a su animal en una perrera o sobre comprar un perro. Ojalá algún día alguien venga a mi trabajo y me diga "he leído esto y quiero adoptar". Merecería la pena.
Si quieres que la situación cambie, envía este texto a todos tus contactos.
Jazz M. Onster.
|