Kofi, te has ido al cielo de los animales, dejándome muy desconsolada.
Te habías convertido en una gran parte de nuestra familia.
Sabías cómo hacer que la gente te quisiera, pequeño bribón inteligente, pequeño canalla encantador.
Sin más hijos en casa, nos encariñamos con esta criaturita que tan bien sabía retribuirnos.
Teníamos que darte crema todos los días, te retorcías tanto que te encantaba que te dieran crema.
Y luego te ibas corriendo a donde estaban las golosinas, porque creías que te las habías ganado.
Eras mi chica graciosa, como me gustaba decir.
Te volviste muy, muy cariñosa.
Si supieras cuánto te quiero, cuánto te queremos, mi querida Kofinoux.
Finette te busca por todas partes, tú que jugabas con ella al gran juego del seductor.
Ojalá hubiera podido tener un poco más de tiempo para amarte.
Siempre estarás en nuestros corazones.
¡Qué felicidad el día en que nuestros caminos se cruzaron!
Descansas en el jardín junto a Sponky, donde cuando hace buen tiempo puedo poner flores en tu tumba, donde ahora hay un manto de nieve.
Te quiero, mi Kofinoux, mi niña divertida, te echo de menos, te echamos de menos.
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