En homenaje a

Ma Maya


Gracias a

Christel

Mi amor
Hace ya un año y medio que me dejaste.
No puedo dejar de llorar por esta ausencia inexplicable.
Un día llegaste a mi vida y sólo tenías 3 meses y medio.
Ese día me dije que eras el regalo más bonito que me había hecho la vida.
Pero ahora, 13 años después, la misma vida te ha arrebatado de mí, que tanto te quería, que tanto te adoraba, que tanto te mimaba.
Y ahora, por los caprichos de esta vida maldita y la incompetencia de la persona que debería haberte mantenido con vida, ya no estás aquí, cerca de mí.
Estoy tan triste, tan infeliz por tu ausencia, por este silencio que aún pesa sobre mí.
Porque ya no estás para gritar tu amor cuando llego del trabajo.
Ya no estás para secar mis lágrimas cuando me siento mal.
Ya no estás ahí para hacer el tonto en la cama, ladrando tan fuerte que no podía calmarte jugando contigo.
Nos revolcábamos en la cama, nos abrazábamos, me tumbaba encima de ti y como en la lucha libre contaba hasta 5 y era como si te hubiera dejado de espaldas.
Eras tan confiada, nunca mala, siempre tan dulce, incluso cuando el dolor te carcomía.
Nunca te quejaste y nunca dejaste de quererme.
Me tatué tu nombre en el brazo cuando te fuiste y créeme, fue un dolor insoportable, pero acababa de perderte y no sentía nada por decirte que la pena que sentía en ese momento era más fuerte que el dolor.
Así mi vida, el día que me vaya, vendrás conmigo, y finalmente ese día nos reencontraremos y nunca más nos dejaremos.
Adiós mi amor hermoso y tierno, te amo de por vida y por los siglos de los siglos.
Mi pequeño bebé, mi Maya.

No hay comentarios