En homenaje a

Carta a mi maestra


Gracias a

Chiffon

Hace un año crucé el puente del arco iris, y desde ese día te he visto llorar a menudo. Sé que es difícil, pero debes pensar en nuestros buenos momentos, y en aquel maravilloso día de septiembre de 2000 en el que te vi por primera vez, yo estaba en mi jaula del SPA con una amiga, y tú buscabas a alguien a quien darle tu cariño.

Te detuviste delante de mí por primera vez, y entonces pasó algo, pero continuaste tu camino y visitaste a todos los demás cachorros abandonados, y entonces te diste la vuelta y volviste hacia mí. Me dije «ya está, he ganado» y salté sobre la barandilla, sacando mi pequeña lengua rosa.

La señora de la protectora se acercó a ti y te preguntó «¿quieres llevártelo a pasear?» y eso fue todo, me levanté de un salto, me puse a tu lado y te miré, y luego nos fuimos a pasear, y volvimos, y oí las palabras «me lo llevo» la señora de la protectora dijo «se llama CHIFFON, tiene unos 6 meses» y luego el coche para volver a casa, ¡lo que me gustaba pasear en ese coche!

Me encantaba la jardinería y a veces cuando volvías, las flores que habías plantado no estaban exactamente en el mismo sitio, y me reñían, pero qué alegría, y luego estaban nuestras vacaciones en la nieve, corriendo, conduciendo, haciendo crujir la nieve, jugando con todos, ¡qué bonita era la vida!

Sé que te encantaba, por la mañana cuando ponía mis patas sobre tus hombros y pasaba largos minutos con mi cabeza en tu cuello, decías «CHIFF, dale a mamá un pequeño abrazo, y entonces era el paraíso en la tierra».

Son tantos los recuerdos que se me pasan por la cabeza, y también aquel terrible día de marzo de 2006 en el que caí enferma. Me llevaste al veterinario, no estaba seguro de lo que me pasaba, me hicimos algunas pruebas y luego me quedé en la clínica, con un gotero, tú controlándome cinco o seis veces al día porque prefería que no vinieras a verme para que no estuviera triste, Me fui a casa bajo supervisión, porque mis análisis estaban mejor, tuve un ataque de urea que me destrozó los riñones, y luego, 24 horas después, recaí, volví a la clínica durante 48 horas, y luego, el viernes 7 de abril, te llamó al trabajo y te pidió que vinieras a verme a la clínica.

Sé que entendiste enseguida el motivo de la llamada, viniste, te acercaste a mí, pero yo no te reconocí, estaba en coma, ya sabes, no tenía ningún dolor, y entonces nos quedamos los dos solos, despidiéndonos, y te vi, desde el cielo de los perritos, irte, y quedarte en el coche durante mucho tiempo antes de arrancar y volver a casa, sin mí.

Me gustaria decirte que desde alli arriba, te estoy cuidando, y cada dia estoy contigo en espiritu, y aunque solo he estado contigo 6 años, han sido seis años maravillosos.

Cuídate mucho y cuida a tu nuevo bebé, el terrible pequeño BANDIDO.

Abrazos grandes mamá, y por favor deja de llorar, piensa que donde estoy, soy feliz y que no me falta nada, excepto tú.

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