Todavía recuerdo el día que fui a buscarte a este refugio. Fue hace 11 años... Había visitado el refugio, y en una de las jaulas te vi. Eras tan pequeño que hacías tanto ruido tu solo como los otros 4 perros que estaban contigo. Parecías tan triste pero a la vez lleno de energía, ¡realmente querías llamar la atención! Fue amor a primera vista, así que llamé al responsable y te viniste a casa conmigo.
Rápidamente te convertiste en el gran amigo de Rambo. Ciertamente intentaste hacerte el amo, pero el grandullón te hizo comprender que él era el jefe y lo aceptaste. Aunque eras pequeño de estatura, ocupabas un espacio enorme en la casa. Nunca bajabas la voz y cualquier oportunidad era buena para hacerte notar. Luego llegó mi Chouchou, y ahí empezó el gran amor entre vosotros dos. Siempre estabais juntos, era como si siempre hubierais vivido juntos. Cuando llegó Canaille, intentaste jugar a Don Juan, pero mademoiselle no lo apreciaba, eras demasiado pequeño para ella. Ella quería jugar contigo, pero no más, y sin embargo tú intentabas complacerla, un ligón sin igual. Cuando nacieron los 3 bandidos, perdiste algunos gramos y también algunos pelos, con los que jugabas y sin embargo ya no eras joven, pero seguías siendo un joven lleno de fuerza. Estoy convencido, viendo todo el amor que he recibido de ti, de que he conseguido hacerte feliz. Cuando tu hermano Chouchou se marchó, te pusiste triste, creo que envejeciste unos años, también empezaste a engordar, lo que buscabas después de él, eras como una comadreja, no había lugar de la casa donde no miraras, pero en vano. Seguías tan ruidoso como siempre, pero veía que le echabas muchísimo de menos, creo que estabas como yo, inconsolable. Incluso hace poco, cuando decía Chouchou o Milou, te acercabas a mí con la esperanza de que hubiera encontrado a tu hermano.
Te escondías debajo de la cama y yo tenía que decir Allez mon Tonton, au dodo, y tú salías y te ponías a mi lado para que te pusiera en la cama. Es verdad, eras el rey de los meones, bautizabas metros y metros de ellos en el patio, a veces incluso intentabas levantar la pata dentro, pero bastaba con que alguien te dijera : «¿Y qué es un meón?». Y entonces, orgulloso, salías a burlarte de todo el mundo. Y finalmente, el martes 23 de marzo de 2004, después de 11 felices años con nosotros... Me había ido a la clínica con mamá y mi mujer no estaba en casa. Como de costumbre, toda la tribu estaba dentro. Cuando llegué a casa, mi mujer aún no estaba, aunque se suponía que sí. Cuando llegué a casa, vi sangre en el salón, Canaille y Rambo dentro, los 3 bandidos fuera... ¿Y mi Tonton? Veo la tarjeta de visita de la clínica veterinaria junto al teléfono, y me doy cuenta de que probablemente Tonton está herido. Ha habido una pelea con los 3 niños más pequeños, probablemente porque algún gilipollas ha entrado a calentarlos aporreando la puerta o la ventana. Corro a la clínica y el veterinario me está esperando. Tonton estaba en la mesa del quirófano, con el cuello lleno de sangre, podía ver en sus ojos que me estaba esperando, su colita se movía ligeramente. El veterinario me dijo que el nervio también estaba afectado y que sus patas traseras habían dejado de reaccionar. Tenía el cuello desgarrado y había perdido mucha sangre. Puedo intentar una operación», me dijo el veterinario, »pero no hay garantías. Existe el riesgo de que se quede paralizado de la espalda y, lo que es peor, que tenga la cabeza colgando, si la operación tiene éxito. Nos echamos a llorar, miré a Tonton a los ojos y él cerró los suyos, luego los volvió a abrir para mirarme al blanco de los ojos. Comprendí lo que me decía : Te he esperado amigo mío, he resistido para verte una última vez y agradecerte esta hermosa vida que he tenido en tu compañía, ha llegado el momento de decirte adiós, estoy débil, ayúdame a ir a buscar a mi hermano Chouchou, te lo ruego, si de verdad me quieres... Puse mi cara contra la suya, me despedí de mi bebé y le dije adiós al veterinario... Mi Tonton cerró los ojos y se fue al cielo. Lo envolví en la toalla de baño, le di un abrazo y lo llevé al coche. Ahora está junto a su Chouchou, en el cielo pero también en la tierra. Ambos descansan juntos, como cuando estaban vivos.
Tú también tendrás flores, como tu hermano, y yo te visitaré todos los días con lágrimas en los ojos... Seguiré teniendo el amor de tu viejo amigo Rambo, del pequeño Canaille y de los 3 pequeños, pero te echaré de menos mi pequeño Tonton, yo tampoco te olvidaré nunca, te has ido pero siempre estarás en mi corazón. Lo sé, me lo dirás dentro de un tiempo... pero quería tanto a este peludito, tengo su foto delante de mi ordenador y me parece que me está diciendo : No es culpa tuya Francis, yo también lloro donde estoy, por separarme de ti, pero nuestros corazones están unidos para toda la vida (la vida que te queda sin mí). Te lo ruego amigo mio, nunca me olvides, fuiste mi aliento de vida y si pudiera tener una segunda vida, es contigo con quien la pasaria, realmente tuve una vida feliz contigo, por desgracia demasiado corta. Adiós amigo de toda la vida, por favor no llores, ya no estoy aquí para consolarte, así que hazme este favor, cuando mires mi foto, regálame una sonrisa.... Si puedes. No olvides que te quise de verdad, y no pierdas la esperanza, algún día, en el cielo, nos volveremos a encontrar y nada nos volverá a separar.... |
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El vacío que dejaste cuando desapareciste nunca se llenará.
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