Cuando eras pequeño, tenías una vida triste. Unos jóvenes te adoptaron, pero te trataban como a un animal puro, atado al tubo del radiador y alimentado sólo con comida para gatos y pan seco. Peor que la cárcel. No pude soportarlo y volví a casa contigo. Qué cambio de vida para ti, comida sana, una silla para descansar y todos los mimos que quisieras.
Tus amigos Chouchou y Tonton aún no estaban allí, pero sí otros 3 compañeros bastante mayores, Milou el zorro de pelo de alambre, Tonton y Bijou, 2 perros cruzados. Te adoptaron enseguida y, a pesar de su respetable edad, intentaron seguirte a todas partes. Por desgracia, pronto te encontraste solo, tus compañeros se fueron apagando y te entristeció estar solo. Entonces llegaron tus nuevos compañeros, tus amigos de toda la vida, Chouchou y el chico blanco. Estoy convencido, viendo todo el cariño que he recibido de vosotros, de que he conseguido haceros felices. Luego se nos unió una chica, Canaille. Qué coqueta eras. Y entonces, un día te dejaron desatendida y mademoiselle coqueteó contigo, pero ocurrió lo que no queríamos. El señor se aficionó a los placeres carnales y vinieron al mundo estos preciosos bebés que tanto se parecen a ti, qué magnífico regalo de la vida. Y juntos seguimos amándonos, saboreando cada momento de felicidad. Por desgracia, tu Chouchou te dejó demasiado pronto, en un estúpido accidente. Sé que echabas de menos a ese pequeño crollé que siempre estaba en tu compañía, a menudo correteando por el patio, buscando en todos los sitios que podías, pero en vano. Y este año, también fue el pequeño Tonton quien te abandonó. Ya estabas enferma, pero estoy segura de que este ha sido el último golpe para ti. No habías vuelto a ser la misma desde finales de marzo. Solías tumbarte en tu cesta y pensar, preguntándote por qué tus hermanos te habían abandonado sin decírtelo. Por supuesto, tu avanzada edad no ayudaba.
Te costaba subir a dormir, así que todas las noches te apoyaba y subías las escaleras como un adulto. Aún sabías bajar las escaleras solo, tenías cuidado. Y luego, con el paso de las semanas, te hiciste un poco mayor, tus patas traseras ya no podían sostenerte con normalidad, caminabas unos metros y tenías que sentarte. Cada vez comías menos, a veces te costaba aguantarte y te ponías muy triste al ver la situación. A menudo me decía que tendría que decidirme a devolverte tu libertad, pero no parecías sufrir, nunca te quejabas y siempre estabas dispuesto a dar un pequeño paseo por el patio, a tus anchas. Pero en los últimos días, te has convertido realmente en un perrito viejo, pasando el día en tu cesta, mordisqueando unas croquetas por la noche y volviéndote a dormir. Me hubiera gustado que te durmieras y no te despertaras nunca más, para no tener que tomar esa decisión final. Todas las mañanas seguías dándome tu fiestecita cuando me levantaba, y me dolía el corazón verte en ese estado, incluso sin sufrir, ya no era vida para ti. Así que, el lunes 6 de diciembre, decidí enviarte a esa nube azul, con Chouchou y Tonton, porque no podía soportar verte enferma y arriesgarme a hacerte sufrir. El veterinario vino y después de examinarte dijo que eras una excepción, 16 años era más que la media para un perro de tu tamaño. Me dijo que estaba tomando una sabia decisión porque corrías el riesgo de empezar a sufrir a corto plazo, los músculos de tus nalgas casi no respondían. Te dormiste plácidamente, feliz de haber vivido 16 años de felicidad.
Ahora estás junto a tu Chouchou y tu Tonton, en el cielo de los perritos. Los tres estáis juntos de nuevo, como en los viejos tiempos. Tú también tienes tu lugar en este rincón secreto de mi jardín, igual que tus hermanos, y vendré a saludarte todos los días con un toque de emoción, mi viejo amigo... Ahora están tu mujercita Canaille y tus 3 hijos, pero yo tampoco te olvidaré nunca, 16 años de mi vida que se cierran en un abrir y cerrar de ojos. Lo sé, me lo dirás dentro de algún tiempo... pero quería tanto a este pequeño peludo, tengo su foto delante de mi ordenador y me parece que me está diciendo : No es culpa tuya Francis, yo también lloro donde estoy, por separarme de ti, pero nuestros corazones están unidos para toda la vida (la vida que te queda sin mí). Te lo ruego amigo mio, nunca me olvides, fuiste mi aliento de vida y si pudiera tener una segunda vida, es contigo con quien la pasaria, realmente tuve una vida feliz contigo, por desgracia demasiado corta. Adiós mi amigo de toda la vida, por favor no llores, ya no estoy aquí para consolarte, así que hazme este favor, cuando mires mi foto, regálame una sonrisa.... Si puedes. No olvides que te quise de verdad, y no pierdas la esperanza, un día, en el cielo, nos volveremos a encontrar y nada nos volverá a separar.... |
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El vacío que dejaste cuando desapareciste nunca se llenará.
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