Zorro rojo

Es un animal salvaje

Origen
Todo el planeta
Traducción
Francis Vandersteen
La tenencia de este animal no está autorizada Real Decreto por el que se fija la lista de mamíferos no destinados a la producción que se pueden tener (M.B. 24.08.2009)
El zorro rojo (Vulpes vulpes), también conocido como zorro común, es una especie de cánido de tamaño mediano. Es el zorro más extendido en Eurasia, Norteamérica, Norte de África y Australia. Es un mamífero de pelaje rojo marcado con blanco bajo el vientre y la garganta, hocico puntiagudo, orejas erectas y cola tupida. La especie está clasificada como carnívora, pero su dieta es omnívora y predominantemente carnívora, alimentándose principalmente de roedores y conejos, pero también de insectos, peces y frutas. Es, por tanto, muy oportunista, lo que le permite adaptarse a entornos muy diferentes y cambiar de dieta según el mes del año. Según las regiones, el zorro rojo se reproduce de diciembre a febrero y da a luz cuando hace buen tiempo (gestación de unos 50 días). Esto tiene lugar al abrigo de una madriguera, mientras que el resto del año el zorro vive casi exclusivamente al aire libre. Al principio, los cachorros se alimentan de leche materna y luego, poco a poco, los padres les proporcionan carne. Empiezan a salir de la madriguera a las cuatro semanas, se destetan a las nueve y, tras pasar el verano con sus padres, se dispersan en otoño. La amplitud de la dispersión y el tamaño de las camadas varían en función de los recursos alimentarios del entorno y de la mortalidad, lo que permite a la especie controlar su número. Su oportunismo y gran adaptabilidad, que le han permitido colonizar gran parte del hemisferio norte, lo convierten en uno de los mamíferos más extendidos del planeta.

El zorro rojo tiene un cuerpo alargado con extremidades relativamente cortas para su tamaño. Su cola, que es más larga que la mitad de su cuerpo (suele representar el 70% de su tamaño corporal), es larga y esponjosa y toca el suelo cuando está de pie. Termina en un pequeño mechón de pelo blanco. Sirve de equilibrio y mantiene caliente al animal cuando duerme y se envuelve en él. Las patas delanteras tienen cinco dedos en el suelo y las traseras sólo cuatro, el quinto más arriba. Estos dedos terminan en garras semirretráctiles. Están rodeados de pelos interdigitales, más abundantes en invierno.

El zorro rojo tiene un cráneo estrecho y alargado, con un hocico fino que termina en una nariz negra y un cráneo poco desarrollado. La garganta, la barbilla y la boca son blancas, y tiene una mancha oscura detrás de la nariz, a un lado del hocico, y una marca de agua más o menos pronunciada del mismo color. Tiene una boca pequeña con 42 dientes. Sus caninos son largos y puntiagudos. Son cóncavos, a diferencia de los del perro, por ejemplo. Los caninos de la mandíbula superior están separados 3 cm y los de la mandíbula inferior 2,6 cm. Los incisivos están ligeramente inclinados hacia dentro, lo que permite al animal agarrar a su presa y cortar pequeños trozos de carne. Los premolares son simples y puntiagudos, mientras que los molares tienen una forma más plana y son muy adecuados para triturar alimentos, como los huesos de presas pequeñas. Los dientes son sólidos, con un esmalte grueso que se renueva regularmente. Son muy afilados. Las comisuras de la boca son oscuras y ligeramente respingonas, dejando una mueca de desprecio en el rostro del animal. Los ojos son de color amarillo ámbar a verdoso, con pestañas negras en el párpado superior. Sus pupilas son ovales y verticales. Tienen membranas nictitantes, pero sólo se mueven cuando los ojos están cerrados. Las orejas son triangulares y móviles. Están bordeadas a cada lado por una hilera de pelos.

El zorro rojo tiene una dieta omnívora, aunque es carnívoro. Por término medio, consume el equivalente a 600 calorías al día, es decir, entre 300 y 600 g de comida, pero en épocas de escasez puede conformarse con sólo 50 calorías diarias. El zorro rojo tiene un estómago pequeño en comparación con su tamaño, por lo que debe comer con frecuencia, dedicando alrededor de un tercio de su tiempo a la caza.

Su dieta es muy variada, dependiendo de su hábitat y de la estación del año. Un estudio demostró que en el territorio de la antigua URSS, no menos de 300 animales y unas decenas de especies vegetales formaban parte de su dieta. Su principal fuente de alimento son los pequeños vertebrados, no mayores que un conejo de monte, que pueden constituir no menos del 60% de su menú, o incluso más en ciertas regiones como Escandinavia, donde los conejos representan el 75% de su dieta en determinadas épocas del año, sin que ello ponga en peligro el número de conejos debido a su gran prolificidad. Prefiere los pequeños roedores, como los topillos y los ratones, pero también las ardillas de tierra, los hámsters, los jerbos, las marmotas, las ratas de bolsillo y los ratones de caza. Evita las musarañas, cuyas glándulas sebáceas producen un olor repulsivo. También puede comer aves (sobre todo paseriformes, galliformes y acuáticas) y lepóridos (principalmente conejos silvestres, ya que las liebres suelen ser demasiado rápidas para el zorro), así como puercoespines, mapaches, zarigüeyas, ranas y reptiles. De vez en cuando come insectos, como escarabajos y saltamontes, y otros invertebrados, como lombrices de tierra, que recoge después de llover y que son una fuente importante de proteínas. También se aprovecha de animales marinos varados (mamíferos marinos, peces y equinodermos). Mucho más raramente, puede atacar a ungulados. Los zorros rojos no parecen apreciar el sabor de los topos, pero ocasionalmente pueden capturarlos y regalárselos a sus crías para que jueguen con ellos. Los zorros también son carroñeros y no desdeñan los cadáveres que encuentran a su paso. También se alimentan de las placentas de los mamíferos.

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