Perro de montaña de los Pirineos |
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FCI Standard Nº 137 |
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Origen |
Francia | |
Traducción |
Iris Carrillo, (Federación Canófila de Puerto Rico) | |
Grupo |
Grupo 2 Perros tipo Pinscher y Schnauzer. Molosoides, perros de montaña y perros boyeros suizos | |
Sección |
Sección 2.2 Molosoides, tipo montaña | |
Prueba de trabajo |
Sin prueba de trabajo | |
Reconocimiento a título definitivo por la FCI |
martes 25 enero 1955 | |
Publicación del estándar oficial válido |
martes 13 marzo 2001 | |
Última actualización |
viernes 17 mayo 2002 | |
En français, cette race se dit |
Chien de montagne des Pyrénées | |
In English, this breed is said |
Pyrenean Mountain Dog | |
Auf Deutsch, heißt diese Rasse |
Pyrenäen Berghund | |
In het Nederlands, wordt dit ras gezegd |
Pyreneese Berghond |
Utilizacion |
Perro de protección del rabaño en montaña. |
Breve resumen historico |
Ha estado en los Pirineos desde tiempos immemoriales. Conocido en la Edad Media y utilizado como guardían de castillos, es mencionado por Gaston Phoebus en el siglo XIV. Siendo ya apreciado como perro de compañía en el siglo XVII, conoció la gloria en la corte de Luis XIV. La primera descripción detallada de este perro data de 1897, en el libro del Conde de Bylandt. Diez años más tarde se crean los primeros clubes de raza, y en el 1923 la Reunión de los Aficionados de Perros de los Pirineos, por iniciativa del Señor Bernard SÉNAC-LAGRANGE, inscribe el estándar oficial en la S.C.C. El estándar en vigor es todavía muy parecido al estándar elaborado en el 1923 ; estas son sobre todo algunas precisiones. |
Aspecto general |
Este es un perro de gran tamaño, imponente y muy bien proporcionado, aunque sin carecer de cierta elegancia. |
Proporciones importantes |
La amplitud máxima del cráneo es igual a su longitud. El hocico es ligeramente más corto que el cráneo. La longitud del cuerpo, desde la punta del hombro, hasta la punta del glúteo, es ligeramente superior a la altura a la cruz. La altura del pecho es igual a la mitad de la altura a la cruz o ligeramente inferior. |
Temperamento / comportamiento |
Utilizado para proteger él solo a los rebaños contra los ataques de los predadores, su selección se basó tanto en sus aptitudes para la vigilancia y la disuasión, como en su apego al rebaño. Como resultado de esto, sus principales cualidades son la fuerza y la agilidad, así como la dulzura y la devoción hacia quienes lo protegen. Este perro guardían tiene propensión a la independencia y un sentido de la iniciativa que requieren cierta autoridad por parte de su amo. |
Cabeza |
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Region craneal |
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Cabeza |
No es muy grande, en comparación con el tamaño del perro. Las caras laterales son bastante planas. | |
Cráneo |
La amplitud máxima del cráneo es igual a su longitud. Es ligeramente arqueado, debido a que la cresta sagital es perceptible al tacto. Ya que la protuberancia occipital es aparente, el cráneo, en su parte posterior, tiene forma ojival. Las arcadas superciliares no son marcadas, el surco medio es apenas perceptible al tacto entre los ojos. | |
Depresión naso-frontal (stop) |
Presenta una leve inclinación. |
Facial region |
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Trufa |
Es completamente negra. | |
Hocico |
Es ancho; algo más corto que el cráneo y disminuye progresivamente hacia su extremidad. Visto desde arriba, tiene la forma de una V con la punta truncada. Es bien macizo debajo de los ojos. | |
Belfos |
Son poco colgantes y cubren justo la mandíbula inferior. Son negros o bien marcados de negro, así como el paladar. | |
Mandíbulas / Dientes |
La dentadura debe estar completa y los dientes deben ser blancos y estar sanos. La articulación es en forma de tijera (los incisivos superiores cubren los inferiores sin pérdida de contacto). Se admite la articulación en forma de tenazas, así como las dos pinzas inferiores que caen hacia el frente. | |
Ojos |
Son más bien pequeños, de forma almendrada, ligeramente oblicuos, de expresión inteligente y contemplativa. Su color es pardo ambarino. Los párpados no son nunca flojos y están bordeados de negro. La mirada es dulce y soñadora. | |
Orejas |
Se presentan a la altura del ojo. Son bastante pequeñas, de forma triangular y redondeadas en la extremidad. Caen pegadas a la cabeza y se presentan un poco más altas cuando el perro está en acción. |
Cuello |
Es fuerte, bastante corto; la papada es poco desarrollada. |
Cuerpo |
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Generalidad |
La longitud del cuerpo, desde la punta del hombro, hasta la punta del glúteo, es ligeramente superior a la altura a la cruz. La altura del esternón al suelo es casi igual a la mitad de la altura a la cruz, pero nunca inferior. | |
Perfil superior |
Es bien firme. | |
Cruz |
Es amplia. | |
Espalda |
De buena longitud, sólida. | |
Lomo |
De longitud mediana. | |
Grupa |
Ligeramente oblicua; las ancas son bastante salientes. | |
Pecho |
No es muy inclinado, sino ancho y profundo. Desciende al nivel de los codos, no más abajo. Su altitud es igual o levemente inferior a la altura a la cruz. | |
Costillas |
Las costillas son ligeramente redondeadas. | |
Flanco |
Es poco inclinado. |
Cola |
Desciende por lo menos hasta la punta del corvejón. Es tupida y forma un copete. Se presenta baja, durante el reposo, preferiblemente con la extremidad en forma de gancho. Cuando el perro está en acción, se levanta sobre la espalda tomando una forma bien redondeada y sólo la extremidad toca el lomo (los montañeses la llaman la rueda « arroundera »). |
Extremidades |
Miembros anteriores |
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Generalidad |
Son fuertes y están bien aplomados. | |
Hombro |
Son medianamente oblicuos. | |
Brazo |
Musculosos, de longitud mediana. | |
Antebrazo |
Rectos, fuertes y están bien cubiertos de pelos que forman flecos. | |
Carpo |
La muñeca se encuentra en el prolongamiento del antebrazo. | |
Metacarpo |
Ligeramente oblicuos. | |
Pies delanteros |
Son poco alargados y compactos, con los dedos algo arqueados. Los miembros anteriores presentan a veces espolones simples o dobles. |
Miembros posteriores |
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Generalidad |
Presentan pelos que forman flecos más largos y tupidos que los miembros anteriores . Vistos de atrás, se encuentran perpendiculares al terreno. | |
Muslo |
Son bien musculosos, no muy largos y medianamente oblicuos ; « bien formados ». | |
Pierna |
Fuertes, de longitud mediana. | |
Rodilla |
Son medianamente anguladas y se encuentran en el eje del cuerpo. | |
Corvejón |
Ancho, delgado y medianamente acodado. | |
Pies traseros |
Son poco alargados, compactos, con dedos un poco arqueados. Los miembros posteriores presentan espolones dobles y bien constituídos. |
Movimiento |
El movimiento del Perro de montaña de los Pirineos es poderoso y suelto, nunca pesado ; es más amplio que rápido y no carece de cierta elasticidad y elegancia. Las angulaciones de este perro le permiten una marcha sostenida. |
Piel |
Gruesa y flexible. Presenta a menudo manchas de pigmentación sobre todo el cuerpo. |
Manto |
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Pelo |
Es bien tupido, liso, bastante largo y suelto, bastante áspero en los hombros y la espalda. Más largo en la cola y alrededor del cuello, en donde puede ser ligeramente ondulado. El pelo del pantalón, más fino y lanudo, es bien tupido. La cara interna de pelos es también tupida. | |
Color |
Blanco o blanco con manchas de apariencia gris (pelo de tejón o bayo oscuro), amarillo pálido o naranja, en la cabeza, las orejas y el nacimiento de la cola. La manchas pelo de tejón son las más apreciadas. |
Tamaño y peso |
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Altura a la cruz |
Machos 70 a 80 cm, hembras : 65 a 75 cm. Se acepta una tolerancia de 2 cm en del tamaño establecido, en los ejemplares que correspondan perfectamente al tipo. | |
Peso |
Acerca de 60 kg para los machos y 45 kg para las hembras. |
Faltas |
• Cualquier desviación de los criterios antes mencionados se considera como falta, y la gravedad de ésta se considera al grado de desviación al estándar y de sus consecuencias sobre la salud y el bienestar del perro y de la capacidad del perro para realizar su tarea tradicional. • Las faltas que se enumeran deben estar en grado a su gravedad. |
Faltas generales |
Apariencia general que da la impresión de pesadez, aspecto carente de distinción. Perro grueso, poco enérgico, linfático. Cabeza demasiado pesada, de forma rectangular. Cráneo muy ancho, frente abultada. Depresión naso-frontal muy marcada o inexistente. Labios muy colgantes que forman belfos. Pigmentación insuficiente de la trufa, del borde de los párpados y de los labios. Ojos redondos, hundidos o saltones. Demasiado grandes o demasiado pequeños, muy juntos o muy separados. Tercer párpado visible. Expresión dura. Orejas anchas, largas, dobladas, formando pliegues. Se presentan hacia atrás ; de implantación alta. Cuello delgado, un poco largo o por lo contrario muy corto, dando la impression de que la cabeza está hundida en los hombros. Papada muy pronunciada. Línea superior hundida o convexa, inclinada, vientre agalgado o caído. Parte anterior del pecho muy amplia o muy estrecha. Costillas planas, o por el contrario, forma de tonel. Cola con poco pelo o de implantación incorrecta. Muy corta o muy larga, sin copete, no toma forma de rueda cuando está en acción o lo hace continuamente, aún durante el reposo. Miembros anteriores se desvían hacia adentro o hacia afuera. Ángulo escápulo-humeral muy abierto. Miembros posteriores se desvían hacia adentro o hacia afuera. Corvejón recto o excesivamente angulado. Pies largos, planos. Pelo corto o ensortijado, sedoso, suave. Ausencia de una capa interna de pelos. |
Faltas descalificantes: |
Perro agresivo o temeroso. Otros colores que no sean los indicados en el estándar. Trufa de otro color que no sea absolutamente negro. Prognatismo superior o inferior, o cualquier malformación de las mandíbulas. Ojos manchas de color diferente en los párpados, ojos rapaces. Ausencia de espolones, atrofia del espolón simple o doble en los miembros posteriores. Tamaño fuera de los límites del estándar. |
NB : |
• Cualquier perro mostrando claras señales de anormalidades físicas o de comportamiento debe ser descalificado. • Las faltas antes mencionadas más pronunciadas o más marcadas son eliminatorias. • Los machos deben tener dos testículos de apariencia normal completamente descendidos en el escroto. • Sólo los perros funcionalmente y clínicamente saludables, con la conformación típica de la raza, deberán usarse para la crianza. |
Bibliografía |
https://www.fci.be/ |
Historia detallada |
El perro de montaña de los Pirineos es el perro francés más famoso del mundo. También es, como el pequeño pastor pirenaico con el que a veces se confunde, el que se mantuvo más cercano a sus raíces regionales. Como lo demuestra el descubrimiento de los huesos de estos perros en los sitios arqueológicos que datan de 1800 a 1000 antes de Cristo. -C., La Montaña de los Pirineos estaría presente en los valles altos del suroeste de Francia desde la Edad del Bronce, descubrimiento que a la vez destruye la tesis de algunos autores de que este perro fue introducido en España por el Fenicios, especialmente por su contador de Cádiz. La montaña de los Pirineos, implantada así en esta región de Francia, la habría dejado, a excepción de algunas circunstancias excepcionales y notorias, que durante cien años. En cuanto a sus orígenes, es muy probable que su antepasado provenga de Asia Central y descienda del Mastín Tibetano. Si el camino es largo desde las tierras altas tibetanas hasta los Pirineos, está lleno de perros de montaña cuyos parientes son más que obvios con el Patou (apodo afectuoso pero peyorativo dado a la raza por los montañeses Pirineos), parentesco que el famoso especialista en perros Senac-Lagrange ya había notado desde 1908. Así, desde Afganistán a Turquía, pasando por Irán y el Cáucaso, luego desde Yugoslavia hasta los altorrelieves español y portugués, pasando por allí. Checoslovaquia, los Alpes y los Pirineos, evolucionan varios tipos de perros similares en muchos puntos y que responden a los nombres de Leonberg, Pastor de los Tatras, Pastor de Abruzzes y Maremma, Kuvasz, Komondor, San Bernardo y Perro de montaña de Pirineos. Aún más significativo, el mapa de distribución de perros de montaña en Europa reproduce fielmente el de la presencia de los últimos grandes depredadores, como osos, linces y lobos (que no se pueden encontrar hoy en día, solo en algunas partes de Europa Central y Oriental), lo que muestra claramente que el papel principal asignado a estos perros fue la defensa de los rebaños. Sin duda, los perros de montaña se han extendido mucho más, pero su hábitat natural se encuentra en las zonas más inaccesibles y más salvajes, donde la gente ha vivido durante mucho tiempo sobre la base de una economía pastoral tradicional. El caso de la Montaña de los Pirineos es en este sentido ejemplar, ya que los lobos venidos de España tienen, hasta un período reciente; el último lobo de los Pirineos fue asesinado en 1885; representa un peligro real para los rebaños. Según Hubbard, "inundaron" los valles del lado francés de los Pirineos. Pero también, y sobre todo, la cadena pirenaica ha demostrado ser el último refugio de osos (cuyos pocos ejemplares que intentamos salvar ya no representan un peligro). El "dios oso", además, considerado en las antiguas tradiciones paganas como un símbolo de poder y fertilidad, obsesionó durante siglos el imaginario colectivo de los montañeses. Por lo tanto, los Pirineos fueron el escenario de una verdadera civilización de montaña, que no tiene su equivalente en ninguna otra región francesa: en condiciones muy rigurosas, que a veces implica una verdadera miseria, los montañeros pirenaicos se aferraron, con tantos la obstinación como orgullo, la cría de rebaños muy a menudo ético, para mantener su independencia. En esta difícil situación, que aún marcaba la vida cotidiana de muchas aldeas pirenaicas en el siglo XVIII, los grandes perros blancos, que velaban por estas exiguas manadas y sus pastores obstinados, eran un elemento esencial de supervivencia para las comunidades de las montañas. El gran tamaño del perro pirenaico (era cuatro veces más grande que la oveja que garantizaba la seguridad) puede parecer paradójico, dada la indigencia de sus alimentos a base de cortezas de leche y queso. De hecho, tal vez no hayamos analizado lo suficiente este fenómeno: tendemos a pensar que el progreso en la crianza canina y la nutrición ha llevado a un aumento en el tamaño de los perros; pero esto no parece aplicarse a la montaña de los Pirineos, que, como indican los documentos fotográficos más antiguos, fue una vez tan impresionante como lo es hoy; algunos incluso dicen que fue incluso más fuerte. Los primeros testimonios escritos sobre el Perro de Montaña de los Pirineos datan de finales del siglo XIV: se menciona que ciertos representantes de la raza conservaron desde 1350 los castillos de Foix, Orthez y Carcasona. En 1407, dice el historiador Bourdette, este perro fue utilizado en el castillo de Lourdes; incluso especifica que las garitas estaban especialmente amuebladas para el alojamiento del perro y el vigilante, y que los carceleros de la prisión del castillo siempre estaban acompañados por uno o más de estos perros. Argotte de Molina y Gaston Phoebus, que lo llaman "perro oso", muestran el Pirineo con el famoso collar de hierro erizado de largas espinas, lo que evitó que fuera estrangulado durante la lucha con su formidable oponente. La Montaña de los Pirineos conoció una inesperada notoriedad en 1675, con motivo del viaje de Madame de Maintenon a Eaux de Barèges, donde acompañó al joven duque de Maine, hijo de Luis XIV y de la señora de Montespan, luego a los ocho años años, cuya educación ella dirigió. El joven duque se hizo amigo de Patou y quería llevarlo a Versalles. Dos años más tarde, el marqués de Louvois, que también había acudido a la cura en la región, le compró a Betpouey un sujeto de un año, magnífico según la crónica, y causó sensación en la corte. El Perro de los Pirineos disfrutó de cierta moda, como lo demuestra una pintura de François Desportes (1661 - 1743), pintor oficial de cazas y perros reales, que representa dos ejemplares frente a un lobo. Habiendo sido decretado el "perro real" por los Pirineos, muchos cortesanos consideraron que estaba de moda tener uno, por el cuidado de sus hogares parisinos y sus castillos provinciales. En 1824, La Fayette envió un par de estos perros a su amigo estadounidense Skinner y, en una misiva, calurosamente recomendó la raza como "invaluable para los criadores de ovejas en todas las áreas expuestas a ataques de lobo y a los perros de corderos que matan ". Desafortunadamente, en ese momento, estos perros no se esforzaron en el extranjero. No fue sino hasta el siglo XIX que aumentó la evidencia sobre el Perro Pirenaico. Emanan de cinólogos franceses y extranjeros, como Brehm, el conde de Bylandt, Pierre Mégnin, Benedict Henri Revoil, Hugh Dalziel, pero también historias de viajes, informes, artículos de revistas (la pasión de los románticos por el " belleza salvaje "de la montaña lo pone de moda, y la popularización de las curas térmicas lleva a muchos ciudadanos a descubrir los países de los Pirineos). Las estampas y las postales reproducen los aspectos más característicos de la civilización de las montañas: el Perro de los Pirineos está en una buena posición. Si, en ocasiones, se recuerda su papel de perro de avalancha, esta es su función esencial; pastor; que luego aparece con más frecuencia. Ya en 1600, Olivier de Serres, en su Teatro de agricultura y mesnaje de los campos, se opuso a los perros de "color oscuro", destinados a la guardia de las casas, y a los perros blancos que, "por la conformidad de su color, conversar fácilmente con ovejas y ovejas ". Esto era demasiado literario, sin duda, para apreciar el trabajo del Perro Pirenaico. Entre los alpinistas, vemos las cosas de manera más realista: criar a estos perros es garantizar tutores efectivos; siempre que sean de buena raza. A comienzos del siglo XIX, para ser aún empírica, la selección es, sin embargo, necesaria para los entendidos, en los mercados donde, tradicionalmente, se realizan las ventas. El testimonio de Commettant (citado por el Dr. Luquet) en 1808 es, en este sentido, revelador: "Todos los domingos, los pastores bajaban a Cauterets, donde, en el mercado, estaban seguros de no volver a su camarote. bolsillos vacíos si los perros que trajeron eran de pura raza. " Desde alrededor de 1850, cuando la fama del Perro de los Pirineos se desbordó definitivamente de sus pastos ancestrales, los cinófilos comienzan a interesarse por la raza. En la primera exposición francesa, organizada por la Sociedad Imperial de Aclimatación en 1863 en Orangerie, se presentan varios ejemplares y dos de ellos obtienen una recompensa. Después de la segunda exposición, organizada en París en 1865, el cinólogo inglés Richardson señala: "Los más notables entre los perros guardianes son los perros de los Pirineos, que son grandes; su pelo es duro, bastante largo y bien proporcionado, sus orejas caídas y su bata blanca con grandes manchas anaranjadas, ocres o grises, especialmente en la cabeza y el cuello; su cola es muy tupida, tienen ojos azules y espuelas dobles. " Desde entonces, la raza se presenta regularmente en exposiciones caninas; mucho antes de los años 1906 - 1907, como a veces se dice; incluso si los especímenes expuestos son a menudo de calidad muy variable. En 1874, en el periódico L'Acclimatation, aparece un artículo presumiblemente escrito por de Kermadec, advirtió un cinófilo, que tiene el mérito de identificar las regiones de donde podrían surgir los temas más bellos y señalar los peligros de la degradación y rarefacción que ya pesaba en la carrera. Por el contrario, contrasta con el perro de los Pirineos occidentales, muy difundido en la región de Bagneres, blanco con manchas negras y más bien achaparrado, el del Pirineo oriental, que "es alto, tiene formas esbeltas, hocico hocico, orejas puntiagudas y caídas". , el pelaje es suave, sedoso y abundante, un blanco como la nieve con manchas gris claro o café con leche; generalmente, estos puntos existen solo en los oídos y en la cara. En este último caso, tiene una banda negruzca en cada ojo; a menudo, también, es completamente blanco. Este tipo, quizás el más bello de todos los perros de guardia franceses, es, como todos los perros de montaña, notable por su vigor y vigilancia. Antiguamente se extendía por la parte de los Pirineos que limita con el departamento de Ariege y la República de Andorra, pero parece ser muy raro hoy en día, si no se destruye por completo. Afortunadamente, estas observaciones fueron algo pesimistas, ya que, en la actualidad, todavía se encuentran sujetos tipificados que no tienen un pedigrí tan alto. Los temas más puros estaban en otras partes del sector Tarbes - Lourdes - Cauterets. El mérito de una primera descripción completa del "Patou" corresponde al Conde de Bylandt, el gran cinólogo belga; en 1897, publicó en The Races of Dogs (una obra monumental en dos volúmenes) un proyecto de norma, con ilustraciones en apoyo. En general, a pesar de algunos errores (el hocico "puntiagudo" o la parte posterior que se puede "ensillar"), el retrato corresponde al de los perros de hoy, aunque no se mencionan dos características típicas: la famosa "expresión pirenaica" y la cola haciendo la rueda ("arroundera", dicen los Pirineos) cuando el perro está en acción. Bylandt tuvo la oportunidad de comprobar sus apreciaciones sobre el terreno, ya que realizó, en 1907, un largo viaje por los Pirineos, para acompañar a Théodore Dretzen, un poderoso magnate de la prensa que había decidido dedicar su tiempo libre a la cría. del Perro Pirenaico, siguiendo el consejo del Dr. Pierre Mégnin. Durante dos meses, Dretzen y Bylandt viajaron por los Pirineos en busca de hermosos sujetos, y trajeron varios perros a la región de París. Apasionado por su nuevo negocio de criadores, Dretzen no escatimó sus recursos: construyó una caseta modelo en Bois-Colombes, que incluía una cocina, enfermería, baños y salas de secado, y rodeó a sus perros atenciones. Originalmente como fue, la acción de este aficionado ilustrado, tan afortunado como desinteresado, contribuyó efectivamente a dar a conocer la carrera a los cinófilos franceses. Fotos de la época muestran algunos de los perros de Dretzen, que están bien tipados, y su cría (afijo Zaïella) ganó el premio del Presidente de la República. Su empresa dio lugar a imitadores; así, tras su viaje al país pirenaico, se creó un "Club de perros pirenaico" en Argeles-Gazost, a iniciativa de un criador, el Sr. Byasson, que publicó un folleto, el primero de su tipo, la historia de la raza. Al mismo tiempo, en 1907 Cauterets fundó otro club, el Pastour Club, alrededor del Barón A. de la Chevrelière, presidente, con los miembros principales, el Dr. Moulonguet y MM. Camajou y Sénac-Lagrange. Este club también publicó un estándar inspirado en la descripción de Bylandt. Los esfuerzos de estas asociaciones, demasiado dispersas, no pudieron detener un cierto declive de la raza, ni evitar la diseminación de temas más o menos tipados, vendidos a turistas franceses o extranjeros, o incluso enviados al norte de Francia, Bélgica. y en Gran Bretaña. La Primera Guerra Mundial contribuyó a agravar la situación de la raza, ya que diezmó las filas de los criadores de perros, así como los de los montañeros que mantuvieron la cría tradicional. Después de la agitación, sin embargo, se produjo una reacción muy positiva. A principios de los años veinte, de hecho, se descubrió que existía otra raza pirenaica, la del pequeño Pastor de los Pirineos, y fue entonces cuando tomó forma la idea de conocer conjuntamente estos dos productos puros del montaña, completamente complementaria en su trabajo tradicional, asegurando su selección; Sobre todo porque era necesario evitar la dispersión, como era el caso anterior, los buenos deseos (se había creado un primer club del pequeño Pastor de los Pirineos en 1921). De ahí el nacimiento, en 1923, del Encuentro de amantes de los perros de los Pirineos (RACP), bajo la dirección de Bernard Sénac-Lagrange, que se hizo cargo del destino de las dos razas pirenaicas: desde el año de la creación del Club, publicó un boletín informativo, luego tenía la asociación afiliada al CCS; finalmente, después de muchos estudios, especialmente en el campo, escribió en 1927 un nuevo estándar, que sigue siendo actual, con algunos detalles (agregado, en 1970, una lista de defectos, respaldada por la Federación Cinológica Internacional en 1975, y algunas aclaraciones hechas en 1986, concernientes a la pigmentación de las membranas mucosas y trufas). La Segunda Guerra Mundial fue una oportunidad para poner a prueba las cualidades "bélicas" de los Pirineos, ya que algunas unidades de cazadores alpinos, en Francia, estaban provistas de perros que servían como agentes de enlace, para la transmisión de mensajes (su la blancura los hizo virtualmente invisibles en paisajes nevados). En los Estados Unidos, las fuerzas armadas también movilizaron los Pirineos. Sin embargo, la guerra contrasta grandemente y duraderamente la propagación de la raza, especialmente en Francia. Hoy, la montaña se ha vuelto rara en los Pirineos; sin embargo, dice Guy Mansencal, "todavía vive allí, ciertamente en cantidades limitadas, desde las dos últimas guerras, que, si bien han alterado algunas constantes, no han eliminado su biotipo". También ha sido objeto de un renovado interés en Francia, gracias a la telenovela Belle et Sebastien, cuya heroína fue, lo recordamos, una perra de los Pirineos (papel jugado en Francia). hecho por dos hombres). Sin embargo, el efecto promocional, temporal, ahora está agotado, y la fuerza laboral está actualmente deprimida. Pero los Pirineos han hecho seguidores fuera de su tierra natal. La naturaleza entrañable de este perro y los servicios sobresalientes que puede proporcionar en entornos montañosos explican su distribución mundial (que Sénac-Lagrange no previó). Incluso es, sin duda, la raza francesa predominante en la mayor cantidad de países. En sus montañas nativas, el Perro de los Pirineos fue llamado a tareas tan numerosas como variadas: guardián de los castillos del sudoeste durante más de seiscientos años; también era, cuando era necesario, un perro de carga, abasteciendo aldeas incluso aisladas, según lo informado por C. Douillard: "En Ariège, durante un invierno de la última guerra, una columna de cinco o seis Pirineos cruzó el valle cubierto de nieve, cargado con pequeños paquetes. Información tomada, estos perros iban a llevar en un pueblo aislado, corte del mundo, suministros y objetos de urgente necesidad. " Estos diversos y brillantes estados de servicio no deben, sin embargo, hacernos olvidar que, durante siglos, la Montaña de los Pirineos tenía como función principal garantizar la seguridad de los rebaños; en el momento en que los lobos, linces y osos; por no mencionar a los merodeadores; Eran abundantes, tenía que evitar que estos depredadores tomaran un animal del rebaño e incluso evitar que uno de ellos se acercara demasiado, ya que los animales aterrorizados podrían arrojarse a un acantilado. El rebaño y el pastor habiendo tomado su cuarto nocturno, la Montaña, provista de su cuello protector, montaban guardia; eligiendo una ubicación estratégica (un pezón pequeño, por ejemplo, desde donde miraba el área circundante), realizaba rondas regulares, lanzando continuamente sus ladridos profundos, poderosos, a veces ensordecidos, siempre impresionantes y disuasorios incluso para los agresores. más emprendedor Era sobre todo un perro de la noche, discreto y tranquilo durante el día; e incluso soñoliento, al menos en apariencia; pero de repente se activa con el crepúsculo. Su eficacia era proverbial: solo una Montaña era suficiente para poner en fuga o desafiar al lobo o al lince, pero, especificó Dralet en 1813, "se necesitan dos o tres para resistir los ataques de los osos". Con la desaparición casi total de los depredadores, el papel del Perro de los Pirineos se ha convertido hasta ahora en un accesorio, hoy en día, en sus montañas. Un productor de ovejas exclama: "El papel de la montaña es importante en la prevención de todos los ataques de rebaños por perros callejeros o por zorros o incluso jabalíes. " Esta permanencia de las cualidades ancestrales de los perros de los Pirineos se confirma en otras regiones montañosas, como las de Canadá y los Estados Unidos, donde compiten con otras razas para vigilar inmensas manadas de ovejas. ha demostrado ser muy eficaz, incluso en las situaciones más delicadas (en este sentido, se menciona un sujeto llamado Ben, que ha logrado, solo, un puma de 75 kg). Las habilidades del guardián de la montaña, que se manifiestan espectacularmente cuando los rebaños están en pastos, también se aplican a la defensa de los edificios. Función particularmente valiosa en granjas aisladas; donde, durante siglos, uno se preguntó si el extraño que se acercó era amigo o enemigo. Una de las cualidades mínimas de la Montaña es no poder distinguir, con seguridad, una y otra. "Cuando, por la noche, un vecino retrasado va a casa, siguiendo la pared de la granja, el perro no ladra y ni siquiera se levanta, porque sabe qué pasos escucha cada día", escribe un conocedor Patou, J. Dhers. "Si el transeúnte", agrega, "es un extraño, el perro va a la entrada de la cancha y sigue al hombre con los ojos; lo deja ir a cierta distancia y ya no le importa. Pero si el extraño entra al patio, el perro lo escolta ladrando para avisar a su amo, y no lo dejará acercarse a la casa, a los establos ni a los lugareños antes de que llegue el último. Mientras tanto, lo desconocido hará bien en encargarse de sus acciones y abstenerse de las amenazas. " Dhers explica además: "Es cierto que, entregado a sí mismo, el buen Perro de los Pirineos ataca solo en el último extremo, pero nada lo detiene. Y concluye: "Sostengo a este perro como el guardián mejor y más seguro que existe porque es inteligente, observador, valiente, frío e inaccesible al miedo. " Transpuesto en un entorno más urbano, la montaña hará maravillas si está a cargo de cuidar una gran propiedad, en un parque: durmiendo pacíficamente en su rincón durante el día, estará alerta al atardecer, y, con todos sus sentidos despiertos, patrulla en asaltos incesantes mientras reina la oscuridad, respondiendo con un ladrido sordo, en la forma de un ultimátum, al ruido menos anormal que lo habrá alertado. Las cualidades de la Montaña todavía tienen su contraparte: es necesario, dado su temperamento, tenerlo a mano; para este perro, gentil pero extremadamente desconfiado, sabe cómo ser muy cabochard en ocasiones. Además, "este autonomista nato necesita un maestro mano a mano a quien pueda respetar y cuya estima lo llene", como correctamente diagnosticado por el Dr. Millemann, veterinario-consejero (y criador experimentado) del RACP. Perro naturalmente dominante, y bastante obediente, la montaña debe ser educada muy temprano y muy firmemente; es particularmente aconsejable inculcarle nociones sólidas de recuerdo, porque está dispuesto a huir; que puede ser una fuente de problemas (para él, en particular) en un entorno urbanizado. Con respecto a sus semejantes, Patou generalmente no es un modelo de tolerancia. Algunos sujetos incluso muestran una propensión a saltar sobre cualquier pastor alemán o perro relacionado que pase cerca; atavismo, tal vez, del viejo cazador de lobos? Por otro lado, las demostraciones hostiles de los pugs lo dejan indiferente. Sus cualidades guardianas innatas hacen que la Montaña sea lo suficientemente agresiva; si las circunstancias así lo requieren; y, en opinión de todos aquellos que tienen una larga práctica de este perro, uno no debe tratar de aumentar su agresividad mediante un entrenamiento. Construir una montaña de defensa podría incluso ser peligroso, con una mayor agresión y un gusto inmoderado por la independencia que puede ser una mezcla explosiva. De hecho, la manifestación de una firmeza autoritativa por parte del docente, y una forma de vida equilibrada, garantizan un comportamiento satisfactorio de la Montaña, si el tema es de buena calidad. Si es un poco más voluminoso que muchos perros llamados "compañeros", la montaña puede ser muy entrañable. Porque quién sabe cómo entenderlo; y se necesita psicología, paciencia y sentido común, por falta de "sentimiento", este perro, tan valiente como dulce, no se ve privado en sus horas de travesura, alegría y alegría indisciplina cerca del humor. Estos rasgos aparecen al leer Un hombre y su perro, donde Jean Nourry narró con gran brío su problema con su montaña durante la última guerra. Y, compañero ideal del hombre de acción, el Perro de los Pirineos también coincide con el contemplativo, que sabe apreciar la elegancia despreocupada de su perro, perderse en sus ojos insondables y soñar con él noches profundas donde, en la antigüedad, la montaña sonaba el formidable ladrido de un Patou. |