Te conocí cuando te veía todos los domingos por la tarde en el jardín del vecino de mamá. Llevabas allí alrededor de 1 año. Parecías gozar de buena salud y de vez en cuando me las arreglaba para darte una palmadita en la cabeza.

Un día el vecino me preguntó si conocía a alguien que quisiera adoptarte, porque al parecer eras un estorbo y tenías que irte. El domingo siguiente viniste a casa con nosotros y empezaste tu tercera vida con mis otros perros.

Desgraciadamente, solo te siguieron 2 años y medio de felicidad.

Estabas fatal y al día siguiente tuvimos que ir al veterinario. Pobrecita, tenías una infección en cada oreja y los ojos llenos de infecciones. Así que empezaste un tratamiento bastante duro para recuperar tu dignidad. Más tarde supe que tu único alimento era pan viejo y que pasabas las noches al aire libre. Así que comprendí las razones de tu estado de salud. También era necesario un buen aseo porque estabas lleno de nudos por todas partes.

Estoy convencida, viendo todo el cariño que recibía de ti, de que conseguí hacerte feliz.

Eras una perrita adorable, llena de bondad, muy mimosa y para ti también, todos los medios eran buenos para que demostraras tu alegría y tu buen humor, por supuesto lo sabías, como para los otros loulous, cada vez había como recompensa mis caricias y también una pequeña galleta mágica que adorabas mordisquear.

Te gustaba tumbarte en tu cesta pero también te gustaban las butacas y por la noche tu gran achuchón en la cama, donde a veces pasabas la noche.

Fuiste adoptada enseguida por los otros lulos, lo cual es normal, eras tan dulce y tranquila. También te castramos, con lo que comiste un poco más y engordaste un poco.

Y tu preciosa vida transcurrió sin sobresaltos hasta julio de 2011. Un sábado al final del día, tuviste una pequeña trombosis, por desgracia mantuviste la cabeza un poco agachada y un ojo un poco más abierto, pero tu pequeña vida siguió sin problemas, o eso creía yo.

Unos meses después, empezaste a tener un problema en el menisco, pero afortunadamente saliste adelante sin ninguna secuela.

Pero desde tu trombosis, he notado que no has sido el mismo, tú que ya eras tranquilo, te has vuelto aún más tranquilo, pero según el veterinario, no debería haberme alarmado, al fin y al cabo ibas a cumplir 9 años, así que era normal que durmieras más.

Te mantuviste muy bien hasta finales de diciembre de 2011, cuando empezaron los grandes problemas. Tus heces eran más blandas de lo normal, así que de vuelta al veterinario. El análisis de sangre reveló un nivel excesivamente alto de glóbulos blancos y otra serie de parámetros que se salían de la norma, especialmente el hígado. El análisis de heces era mucho peor, tenía un virus y un hongo en los intestinos, sin decírmelo abiertamente, me hizo entender que ese asqueroso cáncer estaba ahí y que... Así que empezamos un tratamiento de choque, pero desgraciadamente cada día estabas peor.

La medicina se volvía impotente ante tu enfermedad. El lunes empezaste a tener rastros de sangre en las heces, pero el jueves por la mañana fue un desastre... Rápidamente contacté con el veterinario, que me dijo que...

No quise correr el riesgo de que ocurriera algo grave y que pasaras las últimas horas de tu pequeña vida con un dolor insoportable, así que me aseguré de mostrarte por última vez todo el amor que sentía por ti, seguías siendo tan hermosa, aún tenías una cara radiante, pero el veterinario y yo nos dimos cuenta de que tu corazón estaba completamente agotado y que yo había seguido siendo humana al tomar esta grave decisión.

También fuiste incinerada y tu urna descansa con todos mis otros bebés en mi jardín secreto. Como todos los demás, tú también tendrás tus flores, y vendré a verte todos los días con lágrimas en los ojos, y luego con el tiempo...

La tristeza se irá... pero tú te quedarás en mi corazón para siempre.

Siempre serás mi pequeña y querida Doudoune que me dio tanta amistad y tanto amor en tan poco tiempo, con una sinceridad que nunca he conocido en un ser humano.

Me queda el amor de tu hermana Tania y de los dos nuevos bebés. Ninguno de ellos ocupará tu lugar en mi corazón, nunca te olvidaré, tú también te fuiste, llevándote contigo un rincón de mi corazón.

Lo sé, dentro de unos meses, unos años... pero ya te quería tanto mi pequeño Droupy. También he puesto tu foto delante de mi ordenador y me parece que, como todos los demás, me estás diciendo :

No es culpa tuya Francis, yo también lloro donde estoy por separarme de ti pero nuestros corazones siguen unidos para toda la vida (la que te queda sin mí).

Por favor, papá mío, no me olvides nunca, fuiste mi aliento de vida y si pudiera tener una segunda vida, la pasaría contigo, realmente tuve una vida feliz contigo, por desgracia demasiado corta.

Adiós mi pequeño amigo, gracias por estos 2 años de felicidad, por favor no llores, ya no estoy aquí para consolarte, así que hazme este favor, cuando mires mi foto, regálame una sonrisa.... Si puedes.

No olvides que te quise de verdad, y no pierdas la esperanza, un día, en el cielo, nos volveremos a encontrar y nada nos volverá a separar.

El vacío que dejarás cuando me dejes nunca se llenará.

La herida de mi corazón nunca cicatrizará.

A pesar del paso del tiempo, siempre estás tan presente en mis pensamientos y en mi corazón.

Este tiempo que pasa impasible ante el sufrimiento humano...



Se feliz mi Canelle de amor en este mundo donde todos los animales son iguales y protege a quien te amó y quien nunca te olvidará.

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