Viniste al mundo con tu hermana Bijou y tu hermano Boby a raíz de un accidente entre tu mamá Canaille y tu papá Rambo. La gente que te había reservado canceló, así que te quedaste con nosotros y te convertiste en mi pequeña Tania. Siguieron 14 años de felicidad.
Te adaptaste muy bien a toda la familia. Empezó para ti esta vida de felicidad y amor, tenías comida a tiempo, una casa donde cobijarte y todos los mimos que quisieras. Creo, viendo todo el cariño que recibí de ti, que conseguí hacerte feliz. Cualquier oportunidad era buena para demostrarme tu alegría, y por supuesto la recompensa eran mis caricias y una galletita que adorabas. Cuando me sentaba en el sofá, venías y te tumbabas a mi lado, con la cabeza apoyada en mi pierna. Cuando me tumbaba un rato, venías y te tumbabas también delante de mí, y yo te sujetaba en el brazo para que no te resbalaras: era nuestra sesión de mimos, que a veces duraba horas. Por la noche, venías a acurrucarte a mi lado, con la cabeza apoyada en mi brazo, pero nunca te quedabas mucho tiempo, eras más independiente y preferías acomodarte en el extremo de la cama, así que no es de extrañar que algunos días durmiera mal. Y poco a poco todos tus compañeros se fueron yendo, luego fue el turno de tu mamá Canaille, de tu hermana Bijou y finalmente de tu hermano Bobby, y por último de la pequeña Canelle a la que querías mucho a pesar de su llegada tardía. Entonces te ofrecimos 2 nuevos compañeros, perritos galeses, que adoptaste enseguida, fuiste una verdadera madre para ellos.
La vida transcurrió sin sobresaltos hasta julio de 2012, cuando desarrollaste una infección muy grave en las fosas nasales y te sometiste a un tratamiento exhaustivo, afortunadamente con los resultados esperados. A continuación te extrajeron una muela y te rasparon los dientes. Tras esta operación y en combinación con tu tratamiento, empezamos a alimentarte a mano, ya que parecías tener un poco de dificultad para masticar la comida. No tardamos en ver los resultados: has recuperado el apetito pero, sí, hay un pero... Ya no te interesaban las croquetas, así que empezamos a alimentarte con trozos de carne, gofres blandos y todo tipo de cosas ricas. Las cosas fueron muy bien hasta finales de junio de 2013, aunque de vez en cuando tenías algún ataque epiléptico, pero no era grave. El 30 de junio ya no querías comer, solo beber un poco de tu cubo de agua y salir a hacer tus necesidades, pero de repente te resultaba muy difícil. El 1 de julio fue lo mismo, pero tuviste dos ataques epilépticos en el espacio de unas 2 horas, y el último se prolongó sin parar. Te tumbé en la cama y te adormeciste un poco, y yo me tumbé a tu lado, acariciándote y hablándote. Tenía tanto miedo de que empezaras a sufrir, cada vez que abrías tus preciosos ojos, eran tan suaves y misteriosos, y entonces comprendí tu mensaje, me decías que sentías que el dolor se sentiría pronto, comprendí en tus preciosos ojos que te despedías de mí y me dabas las gracias por haberte querido tanto. Todavía no me había dado cuenta de que era nuestro último abrazo. Llamé al veterinario y vino sobre las 9 de la noche. Después de echarte un largo vistazo, levantó la cabeza y me explicó que había llegado el momento de que te fueras al cielo y te reunieras con tu familia. No me quitabas los ojos de encima y de vez en cuando movías la cola, relajada y sin dolor.
Tus bonitos ojos se cerraban y luego volvías a abrirlos para darme el último adiós y darme las gracias con un suave movimiento de tu cola. Moriste en mi brazo, mejilla contra mejilla, tus ojos cariñosos se fueron para siempre. Te envolví en una manta y te estreché contra mi corazón. Sentía tu cuerpo caliente contra mí, pero ya no tenía vida. Como todos los demás pequeños, fuiste incinerado y ahora descansas en mi jardín secreto. Tendrás bonitas flores, vendré a verte todos los días con lágrimas en los ojos y luego, con el tiempo... La tristeza se irá... pero tú permanecerás en mi corazón para siempre. Siempre serás mi pequeño Tchouky, mi amor Nana que me dio tanta amistad, tanto amor con una sinceridad que nunca he conocido en un ser humano. Sigo teniendo el amor de mis 2 pequeños, pero ninguno de ellos ocupará tu lugar en mi corazón, nunca te olvidaré, tú también te fuiste, llevándote un rincón de mi corazón contigo, eras una niña adorable. Lo sé, dentro de unos meses, unos años... pero te quise tanto mi pequeña peluda, yo también tengo tu foto delante de mi ordenador y me parece que, como todos los demás cachorros, me estás diciendo : No es culpa tuya Francis, yo también lloro donde estoy, estando separada de ti, pero nuestros corazones están unidos para toda la vida (la vida que te queda sin mí). Por favor, papá mío, no me olvides nunca, fuiste mi aliento de vida y si pudiera tener una segunda vida, la pasaría contigo, realmente tuve una vida feliz contigo, por desgracia demasiado corta. Adiós mi amigo de toda la vida, por favor no llores, ya no estoy aquí para consolarte, así que hazme este favor, cuando mires mi foto, regálame una sonrisa.... Si puedes. No olvides que te quise de verdad, y no pierdas la esperanza, un día, en el cielo, nos volveremos a encontrar y nada nos volverá a separar. |
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El vacío que dejarás cuando me dejes nunca se llenará.
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