Tenías 8 semanas cuando llegaste a casa con Bobby, que ya tenía 8 meses, pero iba a ser tu hermano para toda la vida. Cuando llegaste a casa, enseguida encontraste una nueva mamá, Tania te aceptó enseguida y te acurrucaste con ella, qué bonito. Te castraron a tiempo y la vida siguió su curso , seguida de 10 años y 4 meses de felicidad. Así que te convertiste en nuestra pequeña Nounou dorada, un verdadero amor de perrita.
Corrías por el jardín con Bobby, pero Julia prefería estirarse en el césped. Todo el tiempo que pasaste haciendo el loco con tu hermano, fue una verdadera alegría de vivir. Cada 4 meses, hacías un viaje a Sonia, tu peluquera favorita, y nunca sin Bobby. Te encantaba que te acicalaran y agradecías los cumplidos a cambio. Aparte de algún que otro dolor de oídos, siempre gozaste de muy buena salud y, lo que es más, te encantaban las cosas buenas, como las golosinas para perros, los nic-nas y los tocadores antes de acostarte. Sólo tenías un pequeño defecto, a veces eras terco como un burro, y gracias a ti Juju vino a vivir con nosotros, porque habías cogido la mala costumbre de no acercarte a mí por la noche, prefiriendo la alfombra. Pero pronto volviste para darme tus grandes mimos. Te tumbabas a mi lado y cuando te decía: «Ven con tu papi», pedaleabas un par de veces y te subías a mi brazo, lo que era muy gracioso. Cuando me levantaba por la mañana, me esperabas en el sillón del salón y cuando llegaba, tu cara cambiaba mucho y todo tu cuerpo vibraba con la polla porque estabas muy contento. Creo que, al ver todo el amor que recibía de ti, conseguí hacerte feliz. Y luego llegó un momento muy difícil. No querías comer nada más que salchichas de la tele, y ahí empezó tu declive a una velocidad increíble. El veterinario te tomó una muestra de sangre y cuando nos telefoneó para comunicarnos los resultados, lo comprendí, tuve una premonición. La lista era bastante larga: los riñones casi no funcionaban, por lo que había urea en la sangre, el páncreas iba muy mal, el hígado y la bilis también estaban defectuosos. Pasó 4 días en la clínica con un goteo, pero nada cambió realmente. El siguiente análisis de sangre pareció mejorar un poco, pero el siguiente fue igual de malo que el primero. Y seguías sin querer comer nada que no fueran unas pocas salchichas, así que lo intentamos todo: pechuga de pollo, filete, gelatina para devolverte el apetito, pero nada sirvió. Al final, ya ni siquiera quería beber.
El veterinario nunca entendió qué podía haber desencadenado estas disfunciones, porque al final se trataba efectivamente de un cáncer generalizado. Tuvimos que tomar esa gran decisión que siempre tememos, y lo discutimos largo y tendido con Albine y los 2 veterinarios que te trataron. Estabas tan guapa y tan relajada que me lo creí a pies juntillas. Por desgracia, hacia las 17.00 te despertaste y empezaste a temblar de nuevo, no podías levantarte y empezaste a gemir. Tuvimos que ir al veterinario de nuevo con urgencia, y esta vez fue tu último viaje. Tuvimos que cerrar tus preciosos ojos para siempre. Que mal lo pasamos, y esa última mirada, que tristeza en nuestros ojos pero que alivio que no sufrieras este cáncer.
Como todos los demás loulous, fuiste incinerado y ahora descansas en mi jardín secreto, tendrás bonitas flores, te veo todos los días con una lágrima en el rabillo del ojo y luego con el tiempo.... La tristeza se irá... pero tú permanecerás en mi corazón para siempre. Siempre serás mi pequeña Nounou dorada, mi hija cariñosa que me dio tanta amistad, tanto amor con una sinceridad que nunca he conocido en un ser humano. Todavía tengo el amor de Bobby y de la pequeña Tania, que fue rescatada de España, pero ninguno de ellos puede reemplazarte. Eras única, con tu verdadero carácter de Zorro, y nunca te olvidaré. Lo sé, dentro de unos meses, unos años... pero te quise tanto a pesar del poco tiempo que pasaste conmigo, que también tienes una foto delante de mi ordenador y me parece que, como todos los demás cachorros, me estás diciendo : No es culpa tuya, Francis, yo también lloro, donde estoy, por separarme de ti, pero nuestros corazones están unidos para toda la vida (la que te queda sin mí). Por favor, papá mío, no me olvides nunca, fuiste mi aliento de vida y si pudiera tener una segunda vida, la pasaría contigo, realmente tuve una vida feliz contigo, por desgracia demasiado corta. Adiós mi amigo de toda la vida, por favor no llores, ya no estoy aquí para consolarte, así que hazme este favor, cuando mires mi foto, regálame una sonrisa.... Si puedes. No olvides que te quise de verdad, y no pierdas la esperanza, un día, en el cielo, nos volveremos a encontrar y nada nos volverá a separar. |
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El vacío que dejarás cuando me dejes nunca se llenará.
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